Comienza una nueva etapa en el Paris Saint Germain, luego del fracaso que significó no conseguir la Champions League, a pesar de tener a Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé en el ataque. Así, el jeque Nasser Al-Khelaifi decidió destituir a Mauricio Pochettino del banco parisino para apostar por el francés Christophe Galtier, un técnico poco conocido en el escenario mundial, pero que viene cosechando galones en el futbol francés.
Una carrera en ascenso
La carrera de Christophe Galtier en los banquillos comenzó hace mas de 20 años, pero la mitad se la pasó como asistente técnico. Así, inició en 1999 como ayudante de Bernard Casoni en el Olympique de Marsella, y en el conjunto francés permaneció tres temporadas hasta 2001. Tras ello, pasó por varios equipos, como Aris Salónica de Grecia (2001-2002), Al Ain de Emiratos Árabes Unidos (2004), Portsmouth de Inglaterra (2005) y Bastia (2002-2004), FC Sochaux (2007-2007), Olympique de Lyon (2007-2008) y Saint-Étienne (2008-2009) en Francia.
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Su gran oportunidad en los banquillos llegó en la temporada 2009/2010, cuando reemplazó como interino a Alain Perrin y consiguió salvar la categoría, por lo que fue ratificado como técnico principal y permaneció hasta 2017. Así, sus mayores logros fueron la Copa de la Liga en la temporada 2012/2013 y una clasificación a la Europa League en la 2013/2014.
Un título y una goleada histórica
Sin embargo, la carrera de Christophe Galtier despegó tras su llegada al Lille en la temporada 2017/2018, año difícil en el que nuevamente encontró un equipo en crisis y consiguió salvarse por un punto del descenso. No obstante, en las temporadas siguientes se lo vería potenciando a jóvenes como Nicolás Pepe, Rafael Leao o Gabriel Magalhães. Así, consiguió el subcampeonato y se dio el gusto de propinarle un 5-1 al PSG una semana antes de que se corone campeón.
En las siguientes temporadas, le vendieron a la mayoría de figuras, pero esto no lo amilanó y dos años después consiguió lo imposible, arrebatarle el título de la Ligue 1 al PSG. Con Jonathan David, Sven Botman y Jonathan Ikoné como nuevos emblemas, y apoyado de la experiencia de José Fonte y Burak Ylmaz, rompió la hegemonía de los parisinos en Francia, y desató una crisis tan grande que los llevaría a fichar a Lionel Messi la temporada siguiente.
Su última temporada la hizo en el Niza, en el que obtuvo un meritorio quinto puesto y volvió a asestarle un duro golpe al PSG al eliminarlo por penales en octavos de final de la Copa de Francia, en la que quedaría subcampeón tras perder la final con Nantes.