No fue campeón del mundo como Zinedine Zidane ni tampoco como Mbappé. Tampoco ganó los millones de Karim Benzema. En su palmarés no hay ninguna Champions League ni Europa League, pero sí cuatro ligas francesas, dos copas de Francia, dos supercopas y un récord que lleva 64 años: ser el máximo goleador de un mundial.
Con 25 años, en Suecia 58, el primer mundial de Pelé, Just Fontaine marcó historia, anotando trece goles de gran factura. Le marcó a seis equipos. La cuenta es así: un hat-trick contra Paraguay, luego dos a Yugoslavia, uno a Escocia, dos a Irlanda del Norte, uno a Brasil y, finalmente, cuatro a Alemania. No levantó la copa del mundo, pero obtuvo un meritorio tercer lugar.
“Just era el delantero que se adaptaba perfectamente a mi juego. Él percibía perfectamente lo que yo hacía, y yo estaba seguro de encontrarlo al otro lado de mis regates”, dijo alguna vez Raymond Kopa sobre el delantero que a nivel de clubes jugó en el Union Sportive Marocaine de Marruecos, el Niza y el legendario Stade de Reims.
Luego de colgar los botines a inicios de los años sesenta, Fontaine dirigió a la selección de Francia en 1967. Y después dirigió al Paris Saint Germain antes que se volvieran los millonarios del fútbol mundial entre 1973 y 1976. También se colocó el buzo del Toulouse y el Maroc de la liga de Marruecos. En el 2012 fue investido, con justicia, en el Salón de la Fama del fútbol internacional.
Si te gusta la historia del fútbol, como a nosotros, debes ver este especial. Era otro fútbol definitivamente, uno en blanco y negro, donde todavía no se hablaba de pressing ni ninguno de esos conceptos tan comunes en el mundo de hoy. Los jugadores no se preparaban como atletas, pero no les impidió consumar gestas como las de Just Fontaine, leyenda vida del deporte.