El ex delantero y leyenda croata que jugó para equipos como el Real Madrid, Sevilla, Arsenal y West Ham, brilló durante la Copa del Mundo de 1998 al adjudicarse la bota de oro con seis anotaciones, edición en que Croacia quedó tercera de la justa. Aquel histórico combinado a cuadros tenía como líder a Davor Suker, uno de los más memorables 9 que hayan pisado un campo de manera profesional.
Sin embargo, en el marco de Francia 98, periodistas japoneses manifestaron su indignación por el hecho de que la estrella croata decidiera cobrar por concederles entrevistas. “No se sabe si fue por el hartazgo con los medios o con la firme intención de crecer su cuenta bancaria” dictaba la nota del diario El País el 22 de junio de aquel verano. Fue noticia en España, hasta mil dólares por sus palabras.
Una anécdota más en tan extravagante vida. La realidad es que como muchos futbolistas de la zona de la antigua Yugoslavia, Suker tuvo que superar ciertos traumas a lo largo de su vida para poder encontrar en el futbol una anhelada constancia “Jugaba en España cuando explotó la guerra. Obviamente intenté por todos los caminos que mis padres se viniesen a vivir conmigo, pero ellos se obstinaron con quedarse en Osijek, su pueblito, para cuidar las tierras. Después, cuando todo había terminado, me enteré de que estuvieron casi un año viviendo en refugios subterráneos, escondiéndose de las bombas serbias” reveló en alguna entrevista.
Desde 2012 es el presidente de la Federación Croata de Futbol, pero siempre recuerda que aquellos tiempos no fueron fáciles de superar ya que, si bien mucha gente murió por la independencia, el futbol no frenó. “Tuve que dejar a mi familia, amigos y en diez u once meses no pude volver, pensando todos los días si una bomba o una granada podía herir o matar a mi gente. Al principio no tenía claro si triunfara”. Suker participó una vez más con su selección en el Mundial Corea-Japón 2002, pero fueron eliminados en primera fase.
DAO.