El desenlace de la Copa del Mundo Qatar 2022 está muy cerca, y cualquiera que sea el resultado será histórico, pues de una forma u otra se romperá una larga sequía. En el caso de que Francia y Hugo Lloris levanten el título se acabará el maleficio de 60 años de que una selección no retenga el campeonato del mundo; es decir, que logre el bicampeonato, algo que no sucede desde 1962 cuando Brasil obtuvo su segundo título consecutivo.
Por otro lado, en el caso de que Lionel Messi y Argentina se coronen en Qatar, la albiceleste acabará con la sequía de 36 años sin erigirse campeona del mundo, pues en México 1986, Diego Armando Maradona y compañía fueron los últimos en lograr esta hazaña; en Italia 1990 y Brasil 2014 la albiceleste tuvo la oportunidad de aumentar el palmarés, pero ambas finales las perdió ante Alemania.
El sueño del bicampeonato
Una de las maldiciones que rondaba sobre el Mundial de Qatar 2022 era la del campeón, la cual recayó en los hombros de Francia, pues desde 2010, el combinado que levantaba la Copa del Mundo en la edición anterior no superaba la fase de grupos; algo que sucedió con Italia, que fue campeona en Alemania 2006 y en Sudáfrica 2010 no avanzó de la primera ronda; mismo caso de España (Sudáfrica 2010-Brasil 2014) y Alemania (Brasil 2014- Rusia 2018), pero el selectivo dirigido por Didier Deschamps quebrantó este maleficio y avanzó a octavos de final como líder del Grupo D con seis puntos (dos victorias y una derrota).
Ahora, Kylian Mbappé, Antoine Griezmann, Hugo Lloris, Oliver Giroud, Adrien Rabbiot y compañía buscarán culminar con otra maldición, una que implica una larga sequía.
Desde 1962 no se registra una selección que gane dos veces consecutivas el trofeo de la Copa del Mundo y Les Bleus querrá meterse en la historia para convertirse en el tercer combinado que lo consiga, igualando a Italia, que obtuvo el primer bicampeonato al levantar el trofeo Jules Rimet en 1934 (doblegando a Checoslovaquia) y en 1938 (superando a Hungría), así como Brasil, que en 1958 venció a Suecia y en 1962 doblegó a Checoslovaquia.
Ante esto, los franceses saldrán este domingo a la cancha del estadio Lusail dispuestos a romper con la sequía de 60 años de que una selección no pueda retener el título, así como ampliar el palmarés de Didier Deschamps, quien de ganar este título sería la única persona en estar presente en los tres campeonatos de Les Bleus, pues en Francia 1998 lo hizo como jugador y en Rusia 2018 como técnico.
Otro de los maleficios que se sacudieron los franceses fue gracias a la lesión de Karim Benzema, pues la selección que alineaba al ganador del Balón de Oro previo a la justa mundialista no podía alzar el título, algo que sucedió con Cristiano Ronaldo y Messi, quien en el 2014 estuvo a punto de levantarlo.
Cabe señalar que ésta será su cuarta Final de la Copa del Mundo con un resultados de dos triunfos y una derrota, la cual se dio en el Mundial de Alemania 2006 frente a Italia, en aquel duelo que será recordado por la expulsión de Zinedine Zidane luego de un cabezazo a Marco Materazzi.
Un rayo de esperanza albiceleste
A diferencia de los cuatro anteriores Mundiales en los que ha jugado Lionel Messi (Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018), hoy La Pulga se muestra con más soltura dentro del terreno de juego, ya que se quitó el peso de ser comparado con Diego Armando Maradona, por lo que las esperanzas para que la albiceleste acabe con una sequía de 36 años sin título son más grandes. El último campeonato que logró el conjunto sudamericano fue en México 1986, donde el Pelusa hizo vibrar el estadio Azteca al levantar el trofeo.
A partir de ahí, Argentina disputó dos finales, en Italia 1990 y Brasil 2014 y en ambas cayó ante Alemania, previo a esto, Argentina conquistó su primer trofeo en la Copa del Mundo disputada en casa en 1978 y en el primer certamen, Uruguay 1930, cayó ante el local, por lo que en su sexta Final buscará su tercer título.
Además, Argentina también busca regresarle el título al continente americano, que desde hace 20 años no logra tener un campeón, cuando Brasil venció a Alemania en Corea-Japón 2002; desde entonces perdió terreno ante Europa, que ha mantenido una clara hegemonía.
DAO