La temporada 2023 de Fórmula 1 arranca este domingo en Baréin. No es casualidad que un país sin tradición deportiva y del tamaño de la ciudad de Madrid acoja la cita inaugural. Tampoco lo es que Catar, uno de los principales productores de petróleo y gas natural en el mundo, haya reemplazado a Francia en el campeonato. Hace medio siglo, nadie hubiera imaginado que un pequeño emirato podría desbancar a una potencia europea en la máxima categoría del automovilismo. Pero los tiempos han cambiado. Europa ya no es lo que era y Oriente Próximo cada vez está ganando más peso en el orden internacional.
Baréin y Catar son solo un ejemplo del estrecho vínculo que existe entre la Fórmula 1 y la geopolítica. La historia del llamado “Gran Circo” siempre ha estado ligada a los cambios políticos de su tiempo, y la realidad de hoy no es una excepción. La competición que un día estuvo reservada a las élites europeas se ha transformado en un negocio global y Estados Unidos y los países del Golfo son las nuevas potencias.
El declive de Europa
La Fórmula 1 ha sido una competición europea desde su origen. La categoría nació en 1950 a raíz del Campeonato Europeo de la AIACR, que agrupaba...
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