Para los fanáticos tifossi la mala temporada del 2022 pareciera tener nombre propio: Mattia Binotto. El team manager de la escudería escarlata en el año que pasó fue culpado por la falta de contundencia del monoplaza. Si bien hubo errores propios de los pilotos, las patéticas detenciones en boxes y la fragilidad del vehículo, hicieron que la mala fortuna se concentre en él. Por ello cuando este año se cambió de jefe de equipo muchos creyeron que la maldición había concluído y que muerto el perro se había terminado la rabia. Sería hermoso, pero en el automovilismo las cosas no son así. El mal momento de una escudería no suele depender de una sola persona sino de una serie de coincidencias y personas que si no están perfectamente sincronizadas garantizan el caos.
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La salida de Binotto fue la puerta de entrada del francés Frédéric Vasseur. “Estamos ante un hombre que ha combinado con éxito sus fortalezas técnicas como ingeniero capacitado con una capacidad constante de liderazgo para sacar lo mejor de sus pilotos y equipos”, lo definió Benedetto Vigna, CEO de Ferrari, durante su presentación. Así hoy Fred tiene el poder magnánimo en la escudería para realizar una gran transformación.
Tras estas primeras carreras Ferrari tiene en claro que no todo es culpa de los pilotos, ni de la evolución del auto. Pareciera que en la medida que puedan dominar los reglajes del vehículo deberían poder ganar algunos segundos en las carreras. “Nunca he visto un coche capaz de igualar el ritmo de otro en clasificación y no poder repetirlo en carrera. Fue una cuestión de puesta a punto”, aseguró Vasseur tras Bahrein. Una observación que deja en claro que el experimentado ingeniero ha venido a inmiscuirse hasta en los más mínimos detalles.
Lo cierto es que hoy Fred tiene más claro que monoplaza tiene en manos y qué posibilidades tiene para pelear el campeonato 2023. Así ha decidido bajar la ansiedad a la tribuna asegurando que: “Estar centrado en Red Bull, Mercedes o Aston Martin, creo que sería un error. Tenemos que sacar lo mejor y enfocarnos en nosotros mismos”. Ferrari está más preocupado en priorizar actualizaciones y configuraciones que en inyectar veneno a un monoplaza que si bien la historia se lo exige en la actualidad no tiene lo suficiente para pelear los podios.