Desde el lunes 1 de enero del 2024, Kylian Mbappé es libre para firmar por otro club que no sea el París Saint-Germain en el que jugar a partir de junio de 2024, garantía de un nuevo culebrón de especulación y rumores.
A mediados de año, antes de la actual temporada, todo estaba claro para el jugador internacional francés, que hizo saber por carta al club parisino que no tenía pensado renovar su contrato una vez llegue a su fin en junio de 2024.
Pero la tensión ha disminuido y la calma ha vuelto después del pulso que mantuvo con el PSG, durante el que el club, furioso ante la posibilidad de ni siquiera poder obtener el beneficio económico de un traspaso del jugador, valorado en 180 millones de euros (199 millones de dólares) según la web especializada Transfermarkt, llegó a apartar a la estrella del equipo.
Desde entonces, la relación entre el dirigente del PSG Nasser Al Khelaïfi y el capitán de la selección de Francia es sólida y bien asentada, según dicen desde el club.
Varios medios de comunicación informan de que el jugador renunció a una parte de sus colosales primas “de fidelidad”.
El entorno del jugador no quiso hacer comentarios a la AFP sobre los próximos meses, mientras que el club no se ha pronunciado oficialmente sobre este caso desde hace mucho tiempo.
- Sonriente y enfadado -
Tras marcar 16 goles desde el inicio de la temporada entre todas las competiciones, muy por delante de los demás atacantes de la plantilla, Mbappé ha marcado todavía más su importancia en el juego del PSG, pero la directiva del club ha abandonado el pánico del mes de junio y comienza a plantearse una vida sin el dorsal 7, asegurando no ser dependiente de un solo jugador.
No planean una puja al alza sobre un salario ya colosal, valorado por el diario francés Le Parisien en 72 millones de euros anuales, sin contar la prima por la firma. Y desvelan que una separación liberaría las perspectivas de inversión del club.
Sin embargo, conservar a una superestrella después de las salidas del argentino Lionel Messi y del brasileño Neymar sigue siendo la principal opción.
El entrenador Luis Enrique es el símbolo de la nueva dirección del equipo.
La llegada de sus compañeros de selección, Kolo Muani y Ousmane Dembélé, también ha contribuido a devolver la “sonrisa” en el equipo y en el rostro de Mbappé, según cree una fuente interna del club.
Pero en cuanto a su actitud, el atacante ha mostrado también un rostro serio, rozando el enfado, como contra el Borussia Dortmund (1-1) y Lille (1-1), mostrándose más sonriente el pasado 20 de diciembre contra el Metz (3-1). El más mínimo signo de contrariedad en su rostro dispara los rumores sobre si su cabeza está ya en otro sitio.
Otros aspectos deportivos podrían tener su peso. Después de haber sufrido durante la fase de grupos de Liga de Campeones al punto de rozar la eliminación, el PSG logró clasificar a octavos de final, y se medirá a la Real Sociedad, un rival a priori más asequible que sus dos últimos rivales en octavos: Bayern Múnich en 2023 y Real Madrid en 2022.
- El Real Madrid ya tiene a su estrella
La competición reina de Europa es la deuda pendiente en el palmarés del campeón del mundo de 25 años, algo que su rival al Balón de Oro Erling Haaland logró en su primera temporada en el Manchester City, en 2023.
Eric Rabesandratana, exdefensa del PSG, elige creer: “Sé que quiere ganar la Liga de Campeones rápidamente, pero también que la quiere ganar con el París SG”.
El Real Madrid, uno de los clubes favoritos de Mbappé y desde hace varios años su mayor pretendiente, o el Liverpool cuentan con un amplio palmarés en Champions que podría convencer al francés.