En el fútbol, algunos jugadores parecen estar destinados a romper todas las barreras, a desafiar las expectativas y a escribir su nombre en los anales de la historia. Kylian Mbappé es uno de esos jugadores. Con apenas 25 años, el nuevo delantero del Real Madrid y la selección francesa ha acumulado una serie de logros que lo han consagrado como uno de los mejores del mundo. Sin embargo, había una espina que seguía clavada en su carrera: la Eurocopa.
Hasta este martes, Mbappé había participado en dos ediciones de la Euro sin lograr marcar un solo gol. La sequía en este torneo parecía una especie de maldición. A pesar de su impresionante desempeño en otros torneos, incluyendo la Copa del Mundo y la Ligue 1, la Eurocopa se había convertido en su kriptonita personal.
Todo cambió este martes, en el último partido de la fase de grupos. En el minuto 56 del enfrentamiento entre Francia y Polonia, Mbappé finalmente rompió su maldición. Fue un momento de redención, un gol que no solo significó la apertura del marcador para su equipo, sino también el fin de una larga espera personal.
No hay mal que dure 100 años
La anotación llegó desde el punto de penalti, tras una falta cometida sobre Ousmane Dembélé. ‘Kiki, con su característico aplomo y precisión, envió el balón al fondo de la red, desatando la euforia en las gradas y en los corazones de los seguidores franceses.
Según los datos de MisterChip, Mbappé necesitó 535 minutos de juego en la Eurocopa para anotar su primer tanto en el torneo. Esta cifra contrasta notablemente con sus estadísticas en la Copa del Mundo, donde solo necesitó 124 minutos para inaugurar su cuenta goleadora. En ese sentido, los números reflejan la peculiaridad de su travesía en el campeonato internacional a nivel de selecciones en el ‘Viejo Continente’ y subrayan la importancia del gol contra Polonia.
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