Juventus desfila hacia un nuevo Scudetto. Pero en el partido que dio arranque a la fecha 34 de la Liga italiana, la visita al Atalanta representaba un duro escollo camino al Scudetto. Y así fue. Tuvo que conformarse con un empate la Juve, que arrancó perdiendo, que logró darlo vuelta pese a que no tuvo un buen nivel y finalmente, cuando parecía que se llevaba el premio mayor, sufrió el 2-2 final.
Con esta igualdad, le saca nueve puntos de ventaja a la Roma, que el domingo intentará recortar la distancia cuando enfrente a Lazio en el clásico de la ciudad. Se puede poner a seis, con 12 puntos por jugar.
El conjunto de Massimiliano Allegri, pese a que el miércoles visita a Mónaco en la ida de las semifinales de la Champions, no cuidó a sus figuras y puso lo mejor que tiene a disposición en Bérgamo, ante uno de los equipos animadores del torneo, que por ahora estaría consiguiendo una plaza para la próxima Europa League.
Entre los once de la Juve, como es costumbre, estuvieron Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala. Y por el lado del Atalanta, que venía de sacar un buen empate ante Roma y de ganarle al Bologna, jugó Alejandro Gómez, figura y capitán del equipo.
Lo curioso es que el Papu se ubicó como centrodelantero, en una posición que no solía ocupar en Argentina.
La primera chance del partido justamente fue para el ex hombre de Arsenal y San Lorenzo, que no llegó a conectar en el área chica un centro cruzado de Kurtic.
No fue un primer tiempo lucido de Juventus. Ni Mandzukic ni Cuadrado lastimaban por las bandas y tampoco aparecía el alemán Khedira para administrar el juego en el medio. En ese escenario, los delanteros argentinos quedaban aislados: lo rodeaban a Dybala y el Pipita solo tomaba contacto con la pelota cuando salía del área para pivotear.
El que siempre está es Gianluigi Buffon, que apareció puntual para atorar un mano a mano de Remo Freuler.
Pero el dominio de Atalanta tuvo su premio sobre el cierre de la primera mitad. Y con Papu Gómez como protagonista, claro. El argentino se tomó un segundo más en el área, pensó ante la salida apurada de Buffon y picó la pelota con clase al segundo palo, donde apareció Andrea Conti y la empujó para el 1-0.
En el segundo tiempo, Juventus se encontró con el empate. No había hecho demasiado para merecerlo pero un centro con rosca desde la derecha, que iba con rumbo a las torres Bonucci y Chielini, pegó en el defensor de Atalanta Spinazzola, que intentó agacharse, y se metió en su propio arco.
Y desde ahí arrancó otro partido. A los 12 minutos llegó la polémica de la jornada. Tras un centro cruzado al área de Atalanta, el defensor Rafael Toloi, en su intento de rechazo, tocó la pelota con la mano y el árbitro cobró el clarísimo penal. Pero el asistente indicó posición adelantada de Mandzukic (a quien le caía la pelota) por lo que el juez cambió su fallo.
Por ese entonces, Atalanta ya no tenía el ritmo del primer tiempo y dependía exclusivamente de lo que pudiera hacer el Papu Gómez. Juventus, en cambio, se animó al ritmo de sus individualidades y volvió a golpear con una gran asistencia de Pjanic para Dani Alves. El brasileño entró como puntero derecho y, de cabeza metió el 2-1 que parecía definitivo a falta de siete minutos.
El triunfo era más que tres puntos. Era acariciar el campeonato, era empezar a darle prioridad a la Champions y rotar jugadores en la liga local. Pero Juventus falló en el fondo. Dudó Lichtsteiner en el área, no pudieron despejar la pelota y lo aprovechó al máximo Remo Freuler, que entró de atropellada, superó a Buffon, y puso el 2-2.
Por lo hecho en los 90 minutos el empate fue lo más justo y no le sienta mal a Juventus, que sabía que tenía una visita complicada. Pero por cómo se dio el partido en el final se quedó con gusto a poco. Y abre una mínima esperanza para Roma.