Aficionados de Real Madrid y Juventus de Turín cubrieron este sábado de color las calles de la ciudad galesa de Cardiff en las horas previas a la final de la Champions League en el Millenium Stadium, con ambiente de fiesta y hermanamiento entre amplias medidas de seguridad.
Las inmediaciones del histórico castillo de Cardiff, decorado para la ocasión con imágenes de los futbolistas de los 32 equipos participantes en la edición de este año y con un dragón gigante, símbolo de Gales, 'protegiendo' la copa, fue uno de los puntos de encuentro e interés de los miles de hinchas y curiosos.
En la 'Football Village' del castillo, donde en los días previos los seguidores pudieron fotografiarse con la 'Orejona', reinaba el buen ambiente, con ambas aficiones compartiendo canciones, fotografiándose con un Gareth Bale de cartón y brindando con cervezas en las terrazas de los bares que hicieron el mejor día de caja del año. A diferencia de Milán, ciudad de la última final de la 'Champions', en Cardiff estaba permitido el alcohol en las inmediaciones del estadio.
En las calles de la ciudad resonaba el "Juve, storia di un grande amore", himno oficial del equipo italiano, y el clásico himno madridista junto al "Qué viva España", tan popular entre los seguidores españoles, al tiempo que los hinchas compartían pintas, se fotografiaban juntos e intercambiaban bufandas.
El reguero de personas, llegadas de todas partes del mundo y que lucían, orgullosas, las camisetas de sus equipos y de sus selecciones, se extendía desde la estación de tren de Cardiff Central hasta la céntrica Duke Street, pasando por la calle de St Mary, poblada de bares y restaurantes con sus terrazas a rebosar.
EFE