Diego Armando Maradona realizó una de las bodas más ostentosas de la historia de Argentina. El Campeón del Mundo en México 1986 se casó con Claudia Villafane un martes 7 de noviembre de 1989 en el Luna Park, recinto deportivo que había recibido a íconos mundiales como el cantante Frank Sinatra o el pontífice Juan Pablo II.
Maradona invitó a mil doscientas personas, entre ellas políticos, deportistas y celebridades de todo el mundo. Aunque faltaron el cubano Fidel Castro y presidente de Argentina por ese entonces Carlos Menem. Los cronistas de la época aseguran que Maradona alquiló un Jumbo de Aerolíneas Argentina por medio millón de dólares y en el que llegaron los jefes de la Curva B, la barrabrava del Napoli y el peluquero personal de su esposa Claudia en Italia.
El crack de argentina aseguró que quería una celebración íntima y sencilla, algo familiar. Pero según los organizadores de la boda, en el Luna Park había mil doscientos invitados, cuatrocientos litros de vino blanco Castel Chandon, quinientos litros de tinto Saint Felicien, novecientos litros de espumante Baron B y mil litros de gaseosas. Además de canapés de caviar, salmón ahumado, trucha, palmitos, jamón serrano, langostinos, pavitas, lechones, centollas y una mesa de quesos. Todo esto servido por ciento cincuenta mozos.
Uno de los espectáculos más llamativos durante los casamientos es el vestido de la novia. Para la boda entre Maradona y Villafane, la futura esposa de Diego habría requerido de treinta metros de organza comprada en Ginebra y de satén adquirido en Italia, ocho de encaje chantilly de Lyon, además de cuatro costureras y treinta mil dólares. La cola media aproximadamente cuatro metros y en el cabello de la novia reposaba una tiara de diamantes y perlas engarzadas en oro blanco.