Diego Sáez, un periodista de 38 años de Radio ADN en Chile, fue estafado por el taxista que le cobró 50.000 rublos _unos 900 dólares_ por un recorrido de una hora desde el aeropuerto Domodedovo en el sur de Moscú hasta su hotel en el centro de la ciudad, tras arribar en un vuelo desde Munich en las primeras horas del jueves.
Esa cantidad es 50 veces la tarifa normal.
Cansado tras un viaje que comenzó en Rumania, donde Chile jugó el martes su último partido amistoso antes de la Confederaciones, Sáez dijo que no calculó bien la tasa de cambio cuando el chofer le dijo la astronómica tarifa al llegar a su destino. Después de entregarle el dinero, pero sin bajarse del vehículo, consultó por teléfono con un colega chileno, quien le dijo que una tarifa más razonable sería 5.000 rublos, o unos 90 dólares _ e incluso esa cantidad es considerada cara en Moscú.
"Empecé a discutir con él para que me devolviera el dinero, pero insistió en la tarifa", dijo Sáez.
El taxista dejó las maletas frente al hotel y Sáez dijo que tomó una fotografía de la matrícula del vehículo. Con la ayuda del gerente del hotel contactó a la policía, y fue entrevistado por funcionarios rusos hasta alrededor de las 05:00 horas. El viernes lo llamaron para que pasara por un cuartel, donde el taxista estaba detenido.
Tras devolver todo el dinero, el conductor "se ofreció a llevarme de gratis durante todo el torneo", relató Sáez. Dijo que rechazó la oferta.
Las autoridades ofrecieron a Sáez una escolta policial de dos personas durante el torneo, pero también la rechazó.
En los aeropuertos de Moscú son comunes las estafas de taxistas. Hay carteles que advierten para que los viajeros no acepten los acercamientos de decenas de choferes que se reúnen en los terminales y acosan a los viajeros. Las compañías oficiales de taxi y las aplicaciones como Uber usualmente ofrecen viajes al centro de la ciudad por unos 1.000 rublos (17 dólares).