23/12/2024

"Goleadas que duelen y dejan marcas", por Jorge Barraza [OPINIÓN]

Domingo 16 de Julio del 2017

A tres años de la histórica paliza de Alemania sobre Brasil, nuestro columnista recuerda lo sucedido en las semifinales del Mundial 2014. “Nunca una actitud piadosa quedó tan patentemente demostrada”

A tres años de la histórica paliza de Alemania sobre Brasil, nuestro columnista recuerda lo sucedido en las semifinales del Mundial 2014. “Nunca una actitud piadosa quedó tan patentemente demostrada”

Brasil 1 - Alemania 7. El resultado hace abrir los ojos. Y aún parece irreal. Ni uno solo de los 7.347 miles de millones de terráqueos hubiese podido adivinarlo. Mundial 2014, semifinal, el local busca el título y recibe el golpazo más duro de su historia. ¿O fue más doloroso el Maracanazo ante Uruguay en 1950? De lo que no hay duda es de que, en ambos casos, la presión fue demasiada para los futbolistas brasileños, no soportaron el favoritismo y el rival terminó aplastándolos. El pasado 8 de julio se cumplieron tres años de aquel insólito episodio de las copas del mundo, convertido ya en efeméride y al que la prensa global definió como “la derrota más humillante de la historia del fútbol”.

El diario “Marca” calificó con 1 punto a los catorce jugadores brasileños que salieron al campo dirigidos por Luiz Felipe Scolari. Y con 10 a los catorce alemanes que tomaron parte. Felipao puede dar fe de cómo un resultado catástrofe desluce el currículum brillante de un entrenador: nadie se acuerda de sus muchos títulos, entre ellos el del mundo, sí del 7 a 1. Conste que después del séptimo gol, cuando faltaban 21 minutos y el tiempo adicional, Alemania decidió poner fin al calvario amarillo y no atacó más, si no pudieron llegar otros cinco o seis tantos sin despeinarse, simplemente cruzando la bola de un lado a otro, dado que los jugadores brasileños estaban totalmente desordenados (como David Luiz) o atribulados. Nunca una actitud piadosa quedó tan patentemente demostrada como la de los alemanes esa tarde en Belo Horizonte. Como detalle para decorar la catástrofe, valga decir que Miroslav Klose marcó ese día su gol número 16 en los Mundiales, despojando del récord a Ronaldo el ‘Fenómeno’.

Ese suceso, que el tiempo agigantará, nos movió a repasar otras goleadas donde el orgullo de alguno quedó pisoteado. Y enseguida asoma el célebre 5-0 de Colombia a Argentina en Buenos Aires, el 5 de setiembre de 1993. Más que inesperado, impensable, insólito; nunca la selección albiceleste había perdido de local por una Eliminatoria mundialista. Venía de ganar dos Copa América en serie, con autoridad y un fútbol pulido, avasallante. Y aún ondea el fantasma del 6 a 1 de Bolivia a Argentina en el 2009, con la inefable conducción de Maradona como técnico.

Grandes goleadas hubo muchas. No hace mucho, el 24 de octubre del 2011, un cable trajo una noticia impactante: el Feyenoord, uno de los tres grandes de Holanda (Ajax-Feyenoord-PSV, en ese orden) perdió 10 a 0 ante el PSV en Eindhoven. Feyenoord, el club de Van Hanegem, aquel fantástico centromedio de la Naranja Mecánica, ya había caído en 1983 ante el Ajax 8-2. Afortunadamente, después de muchos años negros, el popularísimo equipo de Rotterdam se recuperó y en mayo último se coronó campeón después de 18 temporadas.

En marzo de 1970, por Copa Libertadores, el entonces poderoso Peñarol fue impiadoso con el Valencia de Venezuela: lo abochornó por 11 a 2. Nadie imaginaría que décadas después se le daría vuelta el bote a los aurinegros, al punto de ser, en los últimos 25 años, el equipo que más goleadas ha recibido en la Copa. Perdió 6-1 con Real Potosí (2002), 6-2 con Wilstermann (2017), 5-1 con San Lorenzo en el Centenario (1995), 4-0 con Independiente Medellín (2009), 0-4 con Nacional de Medellín (2012) y siguen las firmas…

Ver noticia en El Comercio: DT

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