El Chelsea empieza a temer otro descalabro como el sucedido en la última temporada de Mourinho. El gigante londinense también venía entonces de ganar la Premier League pero en apenas semanas tuvo que enfrentarse a otra realidad mucho más cruel. Mourinho fue despedido en diciembre y el equipo acabó la temporada en una más que decepcionante décima posición.
Ancelotti también dejó el banquillo en el verano de 2011 apenas un año después de ganar el título. Conte ve ahora las orejas al lobo y antes incluso de la derrota contra el Arsenal en la Community Shield preparaba el camino para otra decepción. “En Italia decimos que no hay dos sin tres,” decía mientras pedía fichajes: “La plantilla es corta.”
El italiano lleva quejándose desde el principio del verano y se llegó incluso a plantear la dimisión (en la Juventus ya lo hizo). El curso pasado ganó el título con apenas 13 jugadores pero esta campaña con el regreso a la Champions le obligará a hacer rotaciones. Morata, Bakayoko, Rudiger y Caballero han sido los únicos cuatro fichajes hasta la fecha y han llegado para cubrir los huecos de cuatro jugadores vitales como Diego Costa (máximo goleador), Matic (indiscutible), Terry (gran capitán) y Begovic (un suplente de garantías de Courtois).
Conte no sacó a ninguno ante el Arsenal de inicio (Bakayoko estaba lesionado) para tensar la cuerda aún más y en la conferencia de prensa recordó que los nuevos necesitarán tiempo para adaptarse. Él no lo tiene. La Premier ya empieza y ayer la prensa inglesa le recordaba que el último año de Mourinho en Stamford Bridge también comenzó con derrota en la Community Shield contra el Arsenal. Demasiadas coincidencias.
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