España conoció a Lukaku en febrero de 2010: el belga, con sólo 16 años, sometió al Athletic en la vuelta de dieciseisavos de la Europa League con un gol (1-0) y una asistencia (2-0) para un 4-0 final del Anderlecht que mandó a los ‘leones’ a casa. Antes, en diciembre de 2009, ya se había presentado ante Europa con un doblete en el Amsterdam Arena contra el Ajax. Corría por las grandes ligas del Viejo Continente el rumor de un niño, al que ya apodaban el nuevo Drogba, que reventaba redes en Bélgica: 41 goles entre 2009 y 2011 así lo atestiguaban.
El Chelsea de Villas-Boas se lanzó a por él a cambio de 15 millones de euros; con sólo 18 años, apenas tuvo 374 minutos en su primer año ‘blue’ (y 810’ con el equipo reserva: siete goles). Tras una provechosa cesión al West Bromwich (17 goles en 2.000 minutos en la Premier), la 2013-14 iba a ser su temporada, pero Mourinho, recién llegado a Stamford Bridge desde el Madrid, no le garantizó minutos y, tras fallar el penalti decisivo en la Supercopa 2013, los buscó cedido en el Everton.
Un año después fue vendido por 35 millones al club de Liverpool, donde marcó 87 goles en cuatro cursos. En los medios protagonizó un pique constante con Mou sobre quién fue el culpable de su marcha del Chelsea... Pero siempre le siguió de cerca y este verano, 85 millones de euros mediante, le reclutó para que sea el goleador de su United.
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