El director deportivo del Bayern Múnich Hasan Salihamidzic describió sin complejos el ambiente de resaca en el club bávaro tras empatar 2-2 ante Wolfsburgo el viernes un partido que ganaba 2-0, este sábado en la fiesta de la cerveza de la capital bávara.
Evidentemente, todos sonrieron delante de las cámaras y en los 'selfies' de los aficionados. Los jugadores, con pantalones de cuero y trajes tradicionales bávaros, cerveza en mano, parecían pasarlo bien, pero la procesión iba por dentro.
Con más educación, el internacional alemán Mats Hummels tenía la misma idea que su director deportivo: "No será todo lo relajado que podría haber sido".
El viernes, ante un Wolfsburgo que solo había conquistado un punto en Múnich en los últimos 16 años, el Bayern ganaba 2-0 al descanso pero acabó empatando después de un error del arquero Sven Ulreich en el 2-1 y una evidente relajación en los minutos finales.
"Les dejamos volver al partido, teníamos la voluntad, pero no estuvimos bien tácticamente. Intenté intervenir, pero es difícil hablar con todo el mundo en el campo", dijo el propio Hummels tras el partido.
Ahora al Bayern Múnich le espera una prueba de nivel. El miércoles visita en el Parque de los Príncipes al París Saint-Germain, en uno de los grandes duelos de la fase de grupos de la Champions.
"En Liga de Campeones no será necesario motivar a los jugadores. Abordaremos el partido de manera direfente, tendremos que estar más concentrados y determinados. No podemos hacer tantos errores", dijo Salihamidzic.
El gran problema del Bayern Múnich, a diferencia de las temporadas precedentes, es la inconsistencia.
Después del 4-0 ante el Maguncia el sábado pasado y el triunfo 3-0 como visitante el martes frente al Schalke, parecía que el equipo dirigido por Carlo Ancelotti había recuperado sensaciones. Pero el viernes volvió a ofrecer su peor cara, como en la derrota 2-0 ante el Hoffenheim el 9 de septiembre.
Entre los jugadores que este sábado estrenaron el traje tradicional bávaro, el colombiano James Rodríguez, que posó sonriente con su enorme jarra de cerveza.
Tras cuajar un gran partido ante el Schalke, el exjugador del Real Madrid entró en la recta final el viernes en el Allianz Arena ante el Wolfsburgo y fue capaz de ofrecer una velocidad de más a su equipo, pero fue insuficiente.
También posó con aire feliz el chileno Arturo Vidal, que ya conocía la tradición. Lo hizo con su esposa María Teresa Matus. Ambos brindaron sonrientes para los fotógrafos.