Por su amplia historia, sus numerosos éxitos deportivos y su evidente potencial económico, el Bayern Múnich figura con total merecimiento en el top 10 de clubes más poderosos del continente. Aunque este estatus debería facilitarle el fichaje de casi cualquier futbolista, lo cierto es que durante los últimos tiempos, la entidad ha mantenido una actitud bastante comedida.
De hecho, una información que hoy recoge Kicker explica que durante los últimos meses, la directiva del combinado bávaro se ha retirado de hasta seis pujas por entender que el precio de los futbolistas se estaba disparando más de la cuenta y no correspondía a su valor real de mercado.
El caso más evidente es el de Naby Keita. El guineano, que venía de completar una sensacional campaña con el RB Leipzig, resultaba del completo agrado del cuerpo técnico, pero tras constar que el Liverpool estaba dispuesto a gastarse nada menos que 70 M€ en su fichaje, los muniqueses decidieron dar un paso hacia el costado. Algo parecido ocurrió con Alexis Sánchez, un jugador que acabó saltando de la lista de futuribles por las elevadas pretensiones económicas del Arsenal.
Esta misma política fue seguida el pasado curso cuando se constató que las batallas para hacerse con los servicios de Leroy Sané, Gabriel Jesus (ambos finalmente fichados por el Manchester City) o Sadio Mané (Liverpool) se estaban disparando más de la cuenta. Igualmente, este verano también se dijo no a la posibilidad de reclutar al joven Jadon Sancho, centrocampista inglés que acabó recalando en el Borussia Dortmund por casi 9 M€.