«Es una máquina. Es impresionante lo mucho que ha avanzado para su edad». Hace justo un año, tras el partido ante el Bayerrn Múnich, el técnico del Eintracht Frankfurt, Niko Kovac, se deshacía en elogios hacia Jesús Vallejo, futbolista cedido por el Real Madrid. Aquel choque fue el preludio de una completa y notable campaña firmada por el central aragonés que sólo se vio empañada por una inoportuna lesión, pero que dejó entrever que el cuadro de Chamartín había acertado de pleno al reclutar a este joven y prometedor central formado en la cantera del Real Zaragoza.
Tras su vuelta a la capital de España se esperaba que el jugador ocupase la plaza del portugués Pepe y comenzase a acumular minutos de forma progresiva. Nada más lejos de la realidad. Tras dos meses de competición, el central aún no se ha estrenado con la camiseta blanca. De hecho, el internacional sub’21 y el tercero portero Luca Zidane figuran a día de hoy como los dos únicos futbolistas inéditos del primer equipo.
Previsiblemente, esta misma noche, en el choque que medirá a los blancos con el Fuenlabrada en el partido de ida de dieciseisavos de final de Copa del Rey, Vallejo se topará con la primera oportunidad para lucir la elástica blanca. Será un partido trampa, ya que al tratarse de un rival de Segunda B, tanto él como el resto de meritorios (Borja Mayoral, Marcos Llorente o Dani Ceballos) están obligados a asumir galones y evitar un nuevo Alcorconazo.
Queda claro por tanto que, en un choque como éste, el zaragozano tiene mucho que perder, ya que una actuación discreta prácticamente enterraría sus opciones de seguir acumulando minutos. Sin embargo, tal y como están las cosas ahora mismo, sólo a través de oportunidades tan envenenadas como éstas podrá mostrarle a Zinedine Zidane que está plenamente capacitado para competir al primer nivel y que todos esos elogios que recopiló en la Bundesliga son totalmente merecidos.