El uruguayo Mario Saralegui, recordado en Guayaquil por haber jugado en Barcelona (1990) y Emelec (1991), opinó sobre el Clásico del Astillero que se juega este miércoles (19:30) en el estadio Monumental.
Entrevistado por radio City, Saralegui contó que siguió la campaña del cuadro torero en la presente Copa Libertadores: asitió al triunfo 0-2 ante Estudiantes de La Plata, en Argentina, y vio la última victoria de 0-1 en la cancha de Gremio, en Porto Alegre. "Este año, me parece que (Barcelona) se dedicó más al torneo internacional y no pudo pelear el torneo nacional, pero todavía quedan partidos", analizó el charrúa, quien fue vicecampeón de la Libertadores en 1990 con los canarios.
CLÁSICO EN CADA ORILLA
Consultado sobre el clásico que más recuerde vestido de azul o amarillo, Saralegui dijo que "no hay muchísimas diferencias entre dos equipos que son muy parejos, sobre todo en lo deportivo. Lógicamente tienen momentos". Destacó la reciente racha eléctrica que sumó tres títulos nacionales consecutivos (2013, 2014, 2015), y resaltó el título canario de 2016.
"Ha habido momentos en que Emelec ha estado muy bien; ha logrado campeonatos consecutivos. El año pasado Barcelona hizo una gran campaña. Este año me parece que se dedicó más al torneo internacional y no pudo pelear el torneo nacional, pero todavía quedan partidos. Este clásico es fundamental por el tema de la diferencia de puntos, para Barcelona para tratar de entrar a un torneo internacional (Libertadores 2018). Por el lado de Emelec está esa necesidad de ser protagonista. Es un equipo grande. En el clásico, como siempre, se encuentran condimentos para que siempre sea pasional. Nunca van a ser partidos que no tengan importancia", explicó el campeón de la Copa América con Uruguay en 1983.
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¿Qué clasico recuerda?
Varios. Era un momento en el que los dos equipos eran muy fuertes. Es difícil jugar al otro año cuando cambié de equipo (fichó por Emelec en 1991). Fue difícil porque había estado el año anterior en Barcelona. Jugar ese partido siempre fue complicado porque la gente de Barcelona no estaba conforme y a Emelec recién había llegado. Lógicamente que mi rendimiento fue mucho más significativo en Barcelona que en Emelec, porque en Emelec no hice un buen año. Ese año que fui (Emelec) incluso no clasificó a las instancias finales del torneo.
¿Por qué salió de Barcelona?
El tema fundamental fue el aspecto económico. Tenía un contrato importante (en Barcelona) y había hecho un buen torneo. Fui el mejor extranjero ese año. Se dilató la firma del contrato. El error fue volverme a Montevideo sin firmarlo, y en esos diez días, Barcelona contrató un nuevo jugador; entonces me dejó sin posibilidades de jugar en el equipo, y aparece la opción de Emelec. Tenía 31 años. Tenía que seguir jugando (...) Quizá en el momento uno no se da cuenta pero con el tiempo, haciendo un resumen, sinceramente no fueron colmadas mis expectativas ni las de los dos equipos. (D)