BARCELONA -- Leo Messi volvió a dar una clase maestra de fútbol en el Benito Villamarín. Una segunda mitad soberbia al frente de un líder de hierro, intocable y que se marchó de Sevilla con medio título en el bolsillo por más que quede aún media Liga por jugarse .
La hinchada del Betis, entregada a su equipo y que despidió a sus jugadores con una ovación que premiaba su esfuerzo a pesar del 0-5, no se mantuvo al margen de la actuación del '10' azulgrana, al que, con 0-4 en el marcador, aplaudió con deportividad y grandeza tras una jugada excelente de dribling y dirección desde su propio campo.
Se escuchó corear el nombre de Messi, de Leo Messi, por parte de los aficionados verdiblancos. "El público es correcto y noble. Apoya a su equipo pero entiende quien es el mejor del mundo" comentó Lorenzo Serra Ferrer, director general del Betis, minutos después de que el propio Joaquín fuera simple en sus palabras: "Es que ya no sabemos qué decir de él. No hemos visto nunca ninguno mejor".
Había marcado dos goles para responder al doblete de Cristiano Ronaldo frente al Deportivo y se había divertido en el terreno de juego, llevando en volandas a un Barcelona absolutamente inalcanzable y que se divirtió en una segunda mitad de vértigo que destrozó cualquier duda.
"A la gente del Betis le gusta el fútbol, el arte, y le ha agradecido, a su manera, a Messi el partido que ha brindado. Ha sido digno de felicitar su deportividad y su reconocimiento" explicó Guillermo Amor, portavoz oficial del Barcelona y que se sumó a esa catarata de elogios.
Una temporada después de dejarse medio título en el Villamarín, Messi decidió salir del mismo escenario con un puñetazo sobre la mesa. Lo hizo con destreza, sabiendo mantener la tranquilidad cuando el Betis exigió físicamente al Barça y poniéndose al frente del grupo en el momento de dar la estocada al partido.
"Ha estado increíble, tal y como es él" solventó Valverde, con una sonrisa socarrona y reconociéndose dichoso de tener a sus órdenes a un jugador de tales características. Se rindió a la evidencia que se ha rendido todo el mundo. Más allá de frases grandilocuentes a las que responde el argentino con lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol como nadie lo ha hecho antes .