El Atlético de Madrid ganó el fin de semana, pero Antoine Griezmann acabó enfadado el partido contra el Valencia (1-0) encarándose con gestos de exasperación con su propio público que lo silbó cuando paró un contraataque para dejar pasar el tiempo.
En el descuento del partido, el francés prefirió calmar el juego en lugar de intentar marcar un segundo tanto y reacción de mala manera a los abucheos que llegaron de las gradas del estadio Metropolitano, reavivando el fantasma de una ruptura con sus aficionados, que parecen no acabar de perdonarle que haya hecho público su deseo de probar suerte en otros lugares.
Antoine Griezmann "hizo lo que tenía que hacer y la gente, normal, siempre quiere ganar", desdramatizó su técnico Diego Simeone tras el encuentro.
"Los futbolistas leen bien lo que tienen que hacer en el campo, Antoine Griezmann eligió todo bien hoy, su partido, salvo el gol que no tuvo la posibilidad de intervenir en el final de jugada, trabajó bien", dijo Simeone.
"Sostuvo el equipo cuando tenía que sostenerlo. No atacó innecesariamente cuando no había ataque, sostuvo la pelota cuando la tuvo que sostener. Es un jugador que cuando esta bien como ahora es extraordinario", añadió.
Las relaciones entre Antoine Griezmann y sus aficionados se tensaron el verano pasado tras sus declaraciones dejando entrever una posible marcha al Manchester United cuando el Atlético, bajo sanción FIFA, no podía fichar y no hubiera podido sustituirlo.
Fuente: AFP