Gremio de Porto Alegre volvió a estar en la elite del fútbol mundial tras la obtención de su tercera Copa Libertadores el año pasado ante Lanús. Todo era alegría en el conjunto brasileño, que a fin de año enfrentó al Real Madrid en la final del Mundial de Clubes en Abu Dhabi. Pero el presente es lo opuesto a esas sonrisas.
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Apenas dos meses después de aquello, el equipo está inmerso en una debacle, a días de jugar frente a Independiente la Recopa Sudamericana (miércoles 14 en Avellaneda y 21 de febrero en Brasil). Tras cinco fechas jugadas, Gremio va último en el torneo estadual de Río Grande del Sur, con apenas un empate y cuatro sorpresivas derrotas ante equipos pequeños: Caxias, Avenida, San José y Cruzeiro de Río Grande.
La caída del campeón de América tiene una explicación: después de volver de los Emiratos Árabes, los jugadores del equipo principal y su técnico, Renato Portaluppi, decidieron tomarse vacaciones hasta el 18 de enero, un día después del comienzo del torneo estadual.
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Así, Gremio disputó los primeros cuatro juegos del campeonato con un equipo que en el club bautizaron "de transición" y que estuvo formado por mayoría de juveniles. Además de sumar algunos jugadores del plantel profesional que decidieron resignar sus vacaciones para poder mostrarse en campo.
En el quinto partido del torneo, Gremio alineó por primera vez un equipo similar al que fue campeón de la Copa Libertadores. Igual, perdió de local 1-0 ante Cruzeiro de Río Grande, un conjunto de la ciudad de Cachoeirinha que jamás disputó campeonatos nacionales en Brasil.
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En la próxima fecha del torneo, Gremio enfrentará al otro equipo grande del estado y su clásico, Internacional. Será, al mismo tiempo, la oportunidad de salir de la crisis con una victoria resonante y el peligro de agudizarla con una derrota ante el máximo rival.
Fuente: DPA.