Un partido imparable de Antoine Griezmann solucionó con rotundidad el triunfo del Atlético de Madrid frente al Leganés, devorado y fulminado por cuatro goles del atacante francés, y lanzó al conjunto rojiblanco a toda velocidad hacia el desafío por la Liga del próximo domingo contra el Barcelona en el Camp Nou.
Al contragolpe, de falta directa, de cabeza y de volea. De todas las formas y de todos los colores, con sólo 42 minutos de diferencia entre el primero y el cuarto gol, con cuatro golpes incontestables para su rival, Griezmann ofreció una exhibición formidable de un futbolista total, el 'crack' de un Atlético al acecho del liderato.
Mientras pierde jugadores en su plantilla, tres en los últimos tres días, insiste, insiste e insiste en la Liga. Nada le frena en su carrera contrarreloj, y quizá contra pronóstico, para dar caza al Barcelona, ahora a cuatro puntos, aunque con un partido menos, el que disputará este jueves el conjunto azulgrana en Las Palmas.
Ya tiene a la vista el Camp Nou, un partido definitivo para él y también para esa pelea que se ha propuesto por el título de la Liga, subido en una racha de ocho victorias consecutivas entre todas las competiciones, seis de ellas en la Liga con 18 goles a favor y dos en contra y con un líder por encima de todos: Antoine Griezmann.
Indudablemente su mejor futbolista, el internacional francés es incontestable para sus rivales en 2018, afinado en todas sus cualidades; una lista innumerable de virtudes en un atacante total, con toda la capacidad del mundo para manejar cualquier destreza ofensiva, pero también para correr hacia atrás y recuperar balones.
También fue incontenible este miércoles para el Leganés, que juntó líneas, compactó su equipo, salió respondón un rato, con más y mejores ocasiones que el Atlético, de Guerrero, de Eraso o de Gumbau, con un trallazo al larguero, hasta la enésima irrupción definitiva de Griezmann, resolutivo cuando el partido era incierto.
Ya había apuntado a su gol cien como rojiblanco al cuarto de hora, con un lanzamiento de falta que impactó en la cruceta. No tardó mucho más, apenas diez minutos, en batir a Iván Cuéllar, en el mecanismo ofensivo que mejor maneja este Atlético: robo de balón, transición rápida y pase a la carrera. La conclusión fue el 1-0.
Lo primero lo hizo Ángel Correa, que recuperó la pelota en medio campo y jugó a toda rapidez hacia el medio; lo segundo lo hizo Koke, que lanzó un pase magnífico de primeras, al desmarque a toda velocidad de Griezmann; y lo tercero, como suele ser habitual en los últimos tiempos, lo transformó el delantero en el 1-0 ante Cuéllar.
Tan simple y tan difícil, el Atlético desarmó de esa manera al Leganés, que había sido capaz de poner en más apuros al portero Jan Oblak que los últimos tres visitantes juntos del Wanda Metropolitano (Las Palmas, Valencia y Athletic Club), pero que ya estaba noqueado al descanso, por un nuevo golpe de Griezmann. De falta directa.
No ha marcado muchos goles así con el Atlético, pero también es una habilidad que, visto lo visto, posee el sensacional futbolista francés. Si la primera la había repelido la cruceta, la segunda, un zurdazo colocado al palo del portero, sólo encontró oposición en la red, directa al 2-0, a su gol 101 con el Atlético...
Y al 102 y al 103 en el segundo tiempo, en el minuto 55 con un certero cabezazo de manual y en el 67 de volea, con el Leganés ya desbordado mucho antes por el festival imponente de Griezmann, con siete goles en los dos últimos choques, con doce en los nueve más recientes... Y lanzado hacia el Camp Nou para luchar por la Liga.
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