La portería del Liverpool se ha mantenido los últimos años en el punto de mira. Las prestaciones que los diferentes miembros bajo palos han demostrado, no han estado a la altura de un equipo que aspira a conquistar títulos, viéndose impedido por el condicionante defensivo donde uno de los muros que debe sostener las aspiraciones del bloque es la del guardameta.
Desde la salida de Pepe Reina, se dio inicio a una etapa de dudas que comenzó con el fichaje de Simon Mignolet como recambio del español. El belga ha hecho gala de ser capaz de lo mejor y de lo peor, por lo que nunca ha afianzado una seguridad impoluta en el puesto, repitiendo errores con asiduidad que han castigado al equipo en momentos importantes. Para contrarrestar esto, Jürgen Klopp recomendó la apuesta por Loris Karius, el joven y talentoso meta del Mainz hasta ese verano de 2016. Pero su llegada, lejos de afianzar el rendimiento del internacional por Bélgica, solo consiguió sumar la irregularidad del alemán, a quien parece costarle aún hoy la adaptación de la Premier League.
Con estos condicionantes como referencia, el Liverpool no puede esperar más porque alguno de ellos de el paso definitivo al frente, por lo que según Mirror ya estaría trabajando en encontrar el decisivo miembro que ocupe su portería y le otorgue a la plantilla una última barrera a la que agarrarse y que actualmente no tiene. Para esto, el nombre señalado es el de Jack Butland, cuyo rendimiento en el Stoke City le ha valido la llamada de la Selección Inglesa, donde compite por mérito el rol de titular.
A pesar de que la temporada actual de su club no es para echar cohetes, ocupando el penúltimo lugar de la clasificación, el interés del Liverpool seguiría valorando positivamente las actuaciones del arquero de quien creen, tanto por experiencia como por condiciones, el candidato óptimo para defender la red. Según el medio inglés, el conjunto de Anfield estaría dispuesto a abonar más de 40 M€ para que Butland se mude a orillas del Mersey. Así, el internacional pasaría en preferencia al meta de la Roma, Alisson Becker, cuya complejidad del traspaso sería mucho mayor.