El futuro sigue siendo prioridad para Tigres y su directiva, por ello no dejan de estar visoreando jugadores para el futuro y también contactándolos. Hace apenas un mes, la sub-19 del equipo ganó la Copa Dallas con tres jugadores colombianos en la plantilla, hablamos de Carlos Lucumi, Daniel Sandoval y Arlex Hurtado.
Además, Tigres tiene a otros jugadores como Esnayder Mena y Luis Bonilla en Tigres Premier y Tigres sub-20 respectivamente, y también algunos jugadores cedidos en otros equipos. Pese a todo lo ya mencionado, Miguel Ángel Garza sigue sumando joven talento a la institución, y durante la semana pasada se dio el caso con Richard Luca, un joven brasileño de 20 años que en algún momento fue la gran figura a futuro del Santos.
Él comenzó a brillar en la sub-15 del fútbol brasileño con el Goiás, un equipo humilde y sin tanta relevancia fuera del torneo goiano. En una ocasión jugaron contra el Santos y no dudaron en darle un contrato de tres años; comenzó a jugar con ellos y participó en la Copinha, el torneo de juveniles más importante del mundo, me atrevería a decirlo.
Durante su estancia en Brasil fue convocado por la selección brasileña sub-15 para disputar la segunda Copa de naciones México, un torneo que se hace en la capital del país para crearle roce internacionales a los jugadores jóvenes, poder atraer visores de todo el mundo y empezar a detectar el talento, así es como Richard Luca siguió llamando la atención en su momento, e incluso llegó a estar en el radar del FC Barcelona.
Sus características de juego están relacionadas a la potencia. Mide 1.62 y le es muy fácil escabullirse entre los rivales para encontrar espacios libres, es muy bueno conduciendo, driblando, tirando y sirviendo pases de gol. Algunas de sus debilidades más marcadas son la falta de oficio defensivo, aunque sí va y busca recuperar el balón cuando se pierde, lo hace más por empuje que por tener realmente un orden para hacerlo, algo que le ocurre de forma muy común a los futbolistas brasileños con características tan ofensivas.
Llegó a Monterrey la semana pasada, firmó su contrato y ya se está adaptando a la ciudad. Asistió a un partido de Sultanes, trae diario la ropa del Club Tigres puesta, sus redes sociales ya tienen muchas cosas de Tigres y de México. Se nota ilusionado y comprometido con su tercera oportunidad de brillar como jugador profesional.
Va a participar con la categoría sub-20 de Tigres. Ahora no puede hacerlo, dado que el registro para futbolistas en México cerró hace unos meses. Estará entrenando, conviviendo con sus compañeros y el próximo torneo comenzará a tener actividad, por poner un ejemplo es algo similar a lo que ocurrió con el marifleño Edgard Dakoi, primero se adaptó y luego jugó.
Me llama mucho la atención que las características de juego no coicidenden con lo que Tigres busca en sus jugadores. No cabe dentro de la idea de juego que se trata de imponer en cada una de las divisiones, sin embargo tiene muchísima calidad y esa nunca hay que rechazarla.