James Rodríguez sufrió un contratiempo a los cinco minutos del choque ante el Real Madrid que le obligó a cambiar de posición y a reinventar su partido. La lesión muscular de Arjen Robben, provocó la entrada de Thiago Alcantara y el desplazamiento del colombiano hacia el interior del centro del campo del Bayern.
James Rodríguez esperaba el partido ante sus ex compañeros como agua de mayo. Su salida del Real Madrid el pasado verano marcó una nueva etapa en su carrera. Después de un gran año en el conjunto blanco y de dos más discretos antes de marcharse, necesitaba reivindicarse.
Se encontró con Jupp Heynckes en el banquillo, un técnico que pareció comprender bien la idiosincrasia de un jugador que salió herido del club blanco. Pasó de ser un indispensable a formar parte de la afamada "serie B" que tuvo mucho que ver en la consecución del título de Liga del Real Madrid del curso pasado.
El entrenador alemán, que aterrizó en Múnich en el mes de octubre, mimó a un jugador que tampoco inició bien el curso a las órdenes del francés Willy Sagnol, sustituto de Carlo Ancelotti. Así lo reconoció en la víspera del choque contra el Real Madrid.
"Cuando llegué, James estaba un poco hundido. No estaba en buena forma, no se sentía bien. Me encargué. Hablé mucho con él. Poco a poco ganó confianza. Ahora se ha integrado, es más abierto y se siente más libre. Y tengo que decir que nuestros espectadores están fascinados cuando ven jugar a James", explicó
Heynckes se ha comportado como un padre. Incluso práctica alemán con él personalmente, para integrarle lo más rápido posible al "modus operandi" del Bayern Múnich. Y, con esa confianza y esa unión generada entre ambos, James comenzó a carburar: "Nuestros espectadores están fascinados cuando le ven jugar", apuntó Heynckes.
El día de la verdad, el de la posible venganza por su marcha del Real Madrid, llegó en un encuentro en el que James ofreció dos versiones muy distintas. Una conocida, y otra desconocida. La más desconocida, apareció con su implicación en defensa. El dato de la primera parte, es revelador.
James, junto a Lucas Vázquez, fue el jugador que más kilómetros corrió en los primeros 45 minutos. Pero no sólo hizo eso. No falló ni un sólo pase. Cien por cien de aciertos. Su versión más técnica salió a la luz.
Y, entre medias, ofreció dos momentos que iluminaron el Allianz Arena. Primero, con el pase con el que Joshua Kimmich inauguró el marcador. Sencillo, rápido, al hueco para aprovechar la velocidad del lateral del Bayern Múnich, que sorprendió a Keylor Navas con un disparo cuando el portero costarricense creía que su rival iba a centrar.
Después, dejó su sello con un saque magnífico de falta. Una de sus roscas, desde el pico del área grande de la zona izquierda del Real Madrid. En esta ocasión, no tuvo tanta suerte. El delantero polaco Robert Lewandowski, con un pase medido a su cabeza, no acertó a batir a Keylor Navas cuando tenía todo a favor.
El tanto de Marcelo justo al borde del descanso y el siguiente, de Marco Asensio, a los quince minutos de la reanudación, ensombrecieron los pequeños detalles que dejó James que, sin Robben y con Thiago en el campo cambió su idea de juego para ofrecer un par de pinceladas con las que el Bayern soñó durante un tramo del partido con ganar al Real Madrid.