«Cuando llego con diez añitos siempre pienso que el Atlético será mi casa. Estoy disfrutando del Atleti que siempre soñé. Esta va a ser mi última temporada en el club. No ha sido una decisión sencilla, pero me sentía con la obligación de decírselo a la afición (…) Creo que es el mejor momento para decirlo. Ya veis el protagonismo que estoy teniendo y es muy poco. No es un día de reproches. Trato de explicar a la afición lo que se siento. No tiene nada que ver el entorno. El entorno no tiene nombres ni apellidos. Es la mejor manera de llevarlo durante este mes y medio».
Así anunciaba el 9 de abril Fernando Torres su salida del Atlético de Madrid a final de temporada, tres años y medio después de su regreso tan soñado por la afición. En este tiempo el Niño ha tenido menos peso en el equipo que durante su anterior etapa en el club madrileño, pero también ha dejado huella.
Su entrega y compromiso fueron fundamentales para que los colchoneros alcanzaran la final de la Champions en 2016, partido en el que no pudo cumplir su sueño de levantar la Orejona con el club de sus amores. Estuvo cerca del que habría sido su primer título de rojiblanco, ahora que algo puede lograr con la Europa League.
Vio desde la distancia las de 2010 y 2012, aunque nunca ocultó su amor por estos colores, como bien exhibía durante las celebraciones con España en el Mundial y las Eurocopas. Ahora, además de tener a tiro el subcampeonato en Liga, está a solamente dos pasos de este sueño que sería levantar un título en Lyon.