En una noche de lágrimas de Liverpool en la final de la Champions League , el arquero Loris Karius lloró más que nadie luego de caer ante Real Madrid.
Cierto, el gol decisivo de la victoria 3-1 del Real Madrid el sábado fue una sublime chilena de Gareth Bale, inatajable para el guardameta alemán de 24 años.
Pero los otros dos tantos fueron tras tremendos errores de Karius, que rozaron lo ridículo.
Al dejarle servido en bandeja el primer gol a Karim Benzema, a los 51 minutos, puso al Madrid en control luego que Liverpool fue superior durante la mayor parte del primer tiempo.
Y cuando permitió que se le pasara el remate de larga distancia de Bale, a los 83, acabó de hundir a Liverpool ante el equipo español, lanzado a la conquista de su tercer título consecutivo.
El técnico de Liverpool calificó los goles de “bastante extraños”.
“Fueron errores obvios, mejor no hablar de ellos”, dijo Klopp, quien trajo a Karius del Mainz, el club alemán que una vez dirigió. “Me siento mal por él. Nadie quiere pasar por eso”.
Ninguno de sus compañeros se acercó a consolar a Karius mientras lloraba. Procedió a tirarse, el rostro sobre el césped, para esconder el llanto. Los jugadores del Madrid fueron los primeros que trataron de alentarle.
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