OPINIÓN
Luis Rubiales sembró el pánico en buena parte del pueblo español hace dos días, cuando anunció la destitución de Julen Lopetegui como seleccionador de España. Las calles y las redes sociales se inundaron de pesimismo a horas del debut de La Roja en el Mundial frente a Portugal. Pero en Sochi quedó claro que el actual equipo español no necesita entrenador. Que juega de memoria, que se repone a cada golpe.
ASÍ FUE EL PORTUGAL 3-3 ESPAÑA
Sólo un colosal Cristiano Ronaldo pudo evitar que España venciera en su estreno mundialista a la vigente campeona de Europa. El actual Balón de Oro firmó tres goles que amargaron el inicio español en la Copa del Mundo, pero su hat-trick no impidió que las sensaciones fueran muy positivas para Fernando Hierro. El flamante técnico lo reconoció tras el 3-3: "Compromiso, orgullo, personalidad. Es un equipo maduro que no duda. Sabe lo que quiere y como juega. Llevan dos años trabajando juntos".
Y es que España jugó a lo mismo de siempre y nadie se acordó de Lopetegui en la noche rusa del viernes. Movió a Portugal de lado a lado, fue profunda y -por momentos- humilló con toques y más toques al equipo de Fernando Santos. Aun sin crear demasiadas situaciones, La Roja no consiguió los tres puntos por culpa de un dudoso penal, de un error de De Gea y de un golazo de falta. Sigue siendo firme candidata a levantar el trofeo el próximo 15 de julio. Tanto como antes de que Rubiales sembrara el pánico.