Aunque muchos quizás no lo recuerden, en el verano de 2011 el PSG fichaba en agosto, a pocos días de que acabara el mercado, a Javier Pastore procedente del Palermo. El por entonces joven talento argentino había deslumbrado en Serie A y era pretendido por escuadras como Real Madrid o FC Barcelona.
Nada menos que 42 M€ pagaban los galos, cifra que fue un gran shock en aquella época, y que comenzó a dar una nueva dimensión al campeonato francés. Al equipo del Parque de los Príncipes le costó, eso sí, dos años todavía ganar su primera Ligue 1, y desde entonces no ha dejado de cosechar títulos, perdiendo solamente la Liga del año pasado que fue para el Mónaco.
Han sido por tanto siete temporadas del argentino en Francia, y ha visto cómo iba cambiando de forma radical esta escuadra con la llegada de fichajes mediáticos, algunos de los cuales ya no estaban en el equipo, como Zlatan Ibrahimovic o Lucas Moura. Pero sobre todo el PSG ha adquirido una nueva dimensión mundial que antes no tenía.
Ahora tratará de buscar minutos en la Roma, un equipo que busca también dar un paso más en su historia y trayectoria, aunque de una forma bien diferente porque no posee el mismo potencial económico que los galos. Lo que Javier Pastore busca, como ya ha admitido, es más minutos para sentirse de nuevo futbolista.