Todo empezó en el 2017. El ambicioso proyecto a nivel de selecciones nacionales del que habló el DT Jorge Célico en los prolegómenos de su ‘fichaje’ como coordinador general de las formativas de Ecuador, consistió en desarrollar trabajo de scouting en las diferentes regiones del Ecuador, llevar talentos a la Casa de la Selección, hacer microciclos y, obviamente, partidos de comprobación. Pero hubo una disposición general que acatar para los que anhelaban ser parte de la Selección. El preparador físico de la Tri, Diego Cuvi, un militar retirado y teniente en la Guerra del Cenepa (en 1995), narra que a la generación de futbolistas que ganó el Sudamericano Sub-20 de Chile y el bronce en el Mundial de Polonia tuvieron que ‘inyectarle’ dosis de patriotismo.
¿Cómo convencieron a los chicos de que sí podían pelear por ganar el Mundial de Polonia?
Hay que partir del punto
de que para ir a Polonia nosotros ya éramos campeones sudamericanos, entonces teníamos ese plus. A Polonia fuimos totalmente convencidos. Yo estoy convencido de que si llegábamos a la final, íbamos
a ser campeones del mundo.
¿Qué valores les inculcaron en el proceso?
Les hicimos entender lo que se trata vestir el uniforme y las insignias, lo que se trata representar a un país, defender los colores de una bandera, cantar el himno nacional. Inyectamos en ellos el patriotismo que le hace falta al ecuatoriano. En el campo de juego se fueron dando cuenta de que no son más ni menos que nadie y que podemos ganar aquí a un club de segunda división o ir a París y ganarle a Francia.
¿Y en lo referente a la filosofía de juego?
Nace de nosotros el transmitir una mentalidad ganadora, nunca nos hemos achicado. No nos podemos dar el lujo de esperar y especular, nosotros tenemos que ir a atacar y ganar los partidos. Ellos entendieron.
El jugador ecuatoriano tiene muchas virtudes que son superiores o iguales a las de cualquier jugador del mundo. Ventajosamente nosotros, con el don de la palabra, pudimos llegar a ellos. Diego Cuvi, preparador físico de la Tri juvenil
¿Quién tiene el don de transmitir ese mensaje?
Me parece que los cuatro (Célico, Patricio Lara, Robin Pico y Cuvi) tenemos ese don, porque en momentos oportunos nosotros dirigimos la palabra y notamos que penetra hasta la médula ósea, y sabemos que el jugador va convencido de lo que le estamos diciendo.
¿Por qué priorizaron quedarse en Quito y no jugar amistosos antes de viajar a Polonia?
Nosotros quisimos un poco romper el esquema de que el jugador de fútbol es un tipo que solo juega fútbol, que no es capaz de expresarse o dar una opinión, o compartir. Nuestros chicos que juegan al fútbol vienen de estratos económicos y sociales bajos. Un día le dije a Célico que hay jugadores de estas edades a los que no les sacas una palabra, y aparte son mal genio. Pero ellos no tienen la culpa. Nosotros lo comprendimos y, dentro de nuestras limitaciones, también tratamos en los momentos adecuados de dar ese afecto.
¿Cómo trabajaron las diferencias sociales en la plantilla?
No las tomamos en cuenta desde el primer momento. Nadie vino a la Selección porque tiene más posibilidades o menos posibilidades económicas. Son jugadores de fútbol y, hoy por hoy, vienen a ganar un puesto en buena lid. Yo sé que te refieres a Leonardo.
La pregunta va ligada a su anterior respuesta.
Leonardo es un tipazo. La familia tiene recursos que le puedan a él permitir o ejercer alguna actividad económica o vivir tranquilo, pero (en este caso es) todo lo contrario: él ama el fútbol desde muy niño, y más que todo él se ganó al resto de jugadores, la amistad, el respeto, la consideración y más aún cuando en Chile salió goleador.
¿La planificación para los Panamericanos de Lima va a ser similar a la del mundial juvenil?
Cuando uno tiene éxito en algo, tiene que tratar de ir por la misma vía y mejorarlo. El mensaje es el mismo, nosotros vamos a ir a ganar partidos, a darles lucha y pelea tremenda a nuestros rivales, así que vamos con la expectativa de pasar de fase para tratar de jugar la final. (D)