Los Juegos Panamericanos de Lima 2019, los que contaron con la mayor participación de deportistas de la historia, culminó el último domingo y entregó la posta a Santiago 2023 en una multitudinaria ceremonia donde Perú se despidió con mucho folclor y los chilenos dijeron hola con pop y baile urbano.
El traspaso fue escenificado por el alcalde de la capital peruana, Jorge Muñoz, quien entregó la bandera del movimiento olímpico de las Américas al presidente de Chile, Sebastián Piñera, llegado a Lima días antes para presenciar las últimas jornadas de los Juegos.
Chile ofreció en el Estadio Nacional de Lima un avance musical de los Juegos que acogerá por primera vez, con la diversidad y multiculturalidad como bandera.
Escenificado el traspaso de Lima a Santiago, llegó el turno de la presentación chilena, primero con el himno nacional interpretado por la cantante Alejandra Ramírez en una lírica versión creada por el productor Carlos Figueroa mientras en el escenario se proyectaban paisajes de Chile y rostros de la diversidad cultural del país.
Le siguió las danzas urbanas de los Power Peralta, dos hermanos mellizos y bailarines que dejaron su huella con una coreografía denominada "Fuego de campeones", basada en los deportes de los Juegos, para después dar paso a la actuación de la cantante pop Francisca Valenzuela.
La fiesta se reanudará en cuatro años y a 3.000 kilómetros más al sur, en Santiago 2023, que intentará superar el listón de Lima 2019 como los Juegos Panamericanos más grandes de la historia.