El entrenador asumió en junio y en cuatro meses convirtió al Flamengo en una máquina con la que está a punto de hacer historia.
Esto porque puede llevarlo a una final de la Libertadores tras 38 años de ausencia y hoy es un claro dominador del Campeonato Brasileño que, a falta de 11 jornadas, aventaja con 10 puntos a su escolta inmediato, el Palmeiras.
Para ello necesitó imponer disciplina a un elenco que cuenta con varios jugadores que ya pasaron por clubes europeos y a otros que ha experimentado una transformación completa en su fútbol.
"Mi cultura no es esa y los jugadores prueban eso de domingo a domingo. ¿Descansar? Eso no existe. Van a descansar los días que tenemos hasta el domingo: jueves, viernes y sábado para descansar. Domingo es para correr y estar bien", dijo al dejar claro que no reservaría a sus titulares en la Liga para encarar la Libertadores.
Los propios jugadores reconocen que lo primero que hizo Jorge Jesus al llegar a Río de Janeiro fue darles una cartilla con normas de disciplina.
"Ahora tenemos una cartilla. Horarios en lo que se puede y no se puede hacer las cosas tanto dentro como fuera del club. Tenemos que estar atentos", admitió el creativo Diego, quien reconoció que incluso el técnico llegó a mencionar restricciones sobre los días que los jugadores podrían ir a la playa pero finalmente desistió.
Jorge Jesus implantó un sistema de registro electrónico de llegada de los jugadores al club y no les permite almorzar o cenar, si no han llegado todos.
"En Europa existe la idea de que al jugador brasileño no le gusta trabajar. Un dicho portugués dice que si uno tiene en su equipo a más de cuatro jugadores brasileños lo que montó fue un grupo de samba. Pero vine a verlo y lo que observé es totalmente contrario: son muy profesionales y tienen conciencia de lo que hacen", explicó.
La misma disciplina la aplica en la cancha, en la que montó un equipo que juega en bloque tanto en la defensa como en el ataque, con dominio de balón y muchos jugadores apoyando las jugadas ofensivas.
Y el actual Flamengo, que el domingo enlazó diez victorias consecutivas, fue montado con base en entrenamientos arduos en que el técnico le exige a sus jugadores compromiso con el juego colectivo y entrega física.
El portugués admite que el juego colectivo que inculca en sus equipos es el mismo que pregonaba el holandés Johan Cruyff, de quien se dice discípulo.
Con ese estilo anunció su intención de triunfar con el Flamengo desde su llegada.
"Mi pasado como entrenador está escrito, está hecho. Soy el entrenador en Portugal que más títulos ganó y quiero mostrar mi valor en el mayor club de Brasil", dijo al ser presentado.