Estaba obligado a mejorar su imagen y cumplió en el Ali Sami Yen. Volvió a demostrar que todo es cuestión de actitud y esfuerzo, de la motivación con la que encaran encuentros. El de Turquía era decisivo para poner un poco de luz a su pésimo inicio en la fase de grupos y lo venció con solvencia, reforzando imágenes dañadas. La de Zidane especialmente, con quien están los jugadores cuando se cuestionan las cualidades de un técnico que ganó tres 'Champions' seguidas, y la de Courtois, al fin decisivo.
Porque a la superioridad madridista ante un Galatasaray roto desde su defensa de tres que dejó espacios por todas partes, le acompañó instantes de duda defensiva en una fase del primer acto. Fue cuando apareció Courtois con dos paradas salvadoras a Andone. De las que dan puntos. La primera en un uno contra uno tras perder la referencia a su espalda Ramos y la segunda tras exceso de confianza de Marcelo en acción a balón parado, que obligó a volar al portero belga y sacar una buena mano.
La actitud del Real Madrid fue distinta desde el inicio. Dominador, solidario en el esfuerzo. Intentando rescatar la identidad del que un día, no hace mucho, fue campeón. En solo cinco minutos Hazard y Casemiro habían avisado con más peligro que en el capítulo para olvidar de Mallorca. Sabían lo que se jugaban y encontraron facilidades del rival. Abrió el campo Zidane para desarmar la línea de tres centrales. Aparecía con frescura Rodrygo, novedad en su primera titularidad. Probaba la firmeza de Muslera con un derechazo y culminaba con centros sus apariciones.
Si hay un delantero que disfruta con espacios es Benzema. De su movilidad siempre surgió peligro. Le faltó definición cuando pudo marcar. Con rosca al cuarto de hora y perdonando un claro contragolpe antes del descanso. Para entonces ya ganaba el Real Madrid. Hazard tenía libertad para sus movimientos, en uno de ellos se asoció con Karim, le faltó confianza para pegarla y buscó el pase atrás para que Kroos firmase el tanto el día de su partido cien en Liga de Campeones.
Solo la falta de puntería explica que fuese el tanto del triunfo. El Real Madrid dejó 27 remates, catorce de ellos a la portería de un Muslera que se multiplicó para no encajar más. Aún más decisivo era Courtois que cerraba su gran noche con la tercera parada, abajo a Belhanda.
No sufrió el Real Madrid en un 'infierno turco' venido a menos que acabó enfrentándose a sus jugadores cuando palpó la impotencia. El Real Madrid defendió como los días grandes y encontró en el contragolpe la mejor opción para sentenciar. Fue incapaz de hacerlo y le sobraron oportunidades para ello. Arrancó perdonando Benzema, solo tras el pase en largo de Kroos.
El recital físico de Valverde aumenta la consistencia del equipo de Zidane. Se va convirtiendo jugador imprescindible. Casemiro se mostraba impreciso con el balón y Hazard en los últimos metros. Disfrutó de la superioridad sobre el rival lanzando asociaciones con todos, pero cuando la tuvo para marcar no acertó. Valverde encontraba entre líneas a Karim que repetía pase a Hazard. Tras marcharse en el recorte de Muslera, con todo para marcar, chutaba con potencia en vez de colocación a puerta vacía y el travesaño evitaba su gol.
Apenas un testarazo de N´Zonzi en el primer palo que no encontró puerta inquietó a Zidane, que sale reforzado de un momento crítico, orgulloso del despliegue físico y de personalidad de sus jugadores y lamentando únicamente la falta de pegada. Su Real Madrid recupera el pulso en Liga de Campeones.