«No hemos jugado al nivel que queríamos estar. Menos mal que hemos sacado los tres puntos, que es lo más importante. Es necesario hablar de algunas cosas. Tenemos que hacerlo entre nosotros, no lo voy a decir yo aquí. Hay cosas a mejorar. Es más interno y no quiero hacerlo aquí. A mí me gustaría hablar primero con los que han estado en el campo». Anoche, al término del choque correspondiente a la tercera jornada de la fase de grupos entre Slavia Praga y FC Barcelona, el alemán Marc-André ter Stegen sorprendía a propios y extraños al mostrarse tan sincero y crítico con la actuación del equipo.
Aunque finalmente obtuvo la victoria (1-2), el cuadro catalán firmó un partido muy pobre ante un rival netamente inferior que si no logró como mínimo un empate fue, precisamente, por las numerosas intervenciones del arquero. «A nivel personal siempre quiero estar ahí. Si puedo ayudar al equipo todavía mejor. Hemos tenido algunas ocasiones en contra que no estábamos bien colocados. Son cosas que pasan y para esto estoy», añadió el germano con el mismo tono crítico.
Como cabía esperar, sus declaraciones llegaron rápidamente a oídos de sus compañeros. De hecho, durante todo el viaje de vuelta a la Ciudad Condal las duras palabras del cancerbero revolotearon en el ambiente y dieron pie a varios momentos de tensión. «El malestar se prolongó durante el viaje de vuelta, en el que hubo “muchas caras largas y alguna escena de malhumor” como han explicado testigos de la expedición», confirma el diario Sport.
Para intentar quitar hierro al asunto, el rotativo añade inmediatamente que la tormenta desatada también puede reflejar que al equipo no le basta solo con ganar y que está dispuesto a tomar nota de lo ocurrido para mejorar en futuros encuentros. Si la autocrítica de Ter Stegen ha hecho mella en el vestuario o ha servido como impulso es algo que habrá que valorar en próximas semanas.