Rodrygo ha llegado para quedarse. El brasileño ha tirado la puerta y está sabiendo exprimir al máximo las oportunidades de las que está disponiendo a las órdenes de un Zinedine Zidane que ha encontrado en el internacional canarinho a un futbolista que además de una importante dosis de trabajo aporta desequilibrio, desparpajo y gol.
Clara muestra es el partido de ayer frente al Leganés, en el que apenas necesitó siete minutos sobre el césped para ver puerta y sumar su segundo tanto de la temporada en el Santiago Bernabéu. Brillante en el extremo diestro pese a que no es su posición ideal, no cabe duda que Rodrygo ha caído de pie y no ha tardado en ganarse a su nueva afición.
Sorprendentemente maduro pese a contar con apenas 18 años, el jugador apuesta por la calma. Así lo dejó bien a las claras a la conclusión del partido ante los pepineros reconociendo que «No esperaba hacer gol tan rápido en mi primer partido como titular con el Real Madrid (…) Estoy muy contento por todo lo que está pasando conmigo. Está siendo todo muy rápido y estoy muy contento por la confianza de todos». Además habló de su posición en el campo espetando que «Yo no tengo preferencia. Empecé por la derecha y durante el partido fui cambiando con Eden. Donde me digan voy a jugar y a disfrutar».
Con dos goles después de tres tiros y en apenas 133 minutos sobre el césped, Rodrygo no está ganando la partida a su compatriota Vinicius Junior, sino también a algunos de los llamados a ser referentes del equipo como Gareth Bale, que de no espabilar en los próximos choques puede ver como el barbilampiño brasileño le quita su puesto en el once.