El presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Wolfgang Niersbach, presentó hoy su dimisión con efecto inmediato por el escándalo de la presunta compra de votos para organizar el Mundial de Alemania 2006.
"He llegado a la conclusión de que me llegó el momento de asumir la responsabilidad política", dijo Niersbach en Fráncfort al término de una sesión extraordinaria de la DFB convocada para abordar la crisis.
Miembro del comité ejecutivo de la FIFA y de la UEFA, cargos que pretende mantener, Niersbach es uno de los hombres más poderosos del fútbol internacional y hasta el estallido del escándalo del Mundial 2006 era considerado uno de los favoritos para suceder a Michel Platini al frente de la confederación europea en caso de que el francés diera el salto a la FIFA.
De acuerdo con los estatutos, los vicepresidentes de la DFB Rainer Koch y Reinhard Rauball asumirán de forma interina la presidencia de la federación. Rauball anunció que la investigación externa encargada por la DFB al bufete jurídico Freshfields Bruckhaus Deringer no ha concluido con la dimisión de Niersbach. "Va a continuar, sin tener en cuenta la reputación o los méritos de las personas".
Niersbach conservará sus puestos en los comités ejecutivos de la FIFA y la UEFA. La presidencia le pidió de forma unánime que así lo hiciera "para poner a disposición del fútbol alemán su sobresaliente red de contactos", dijo Rauball.
Wolfgang #Niersbach tritt als #DFB-Präsident zurück! Infos: https://t.co/JVGk3wVJoA pic.twitter.com/NR6a4S0hFX
— BILD Sport (@BILD_Sport) noviembre 9, 2015
LOS HECHOS
Niersbach, de 64 años y presidente de la DFB desde 2012, estaba desde hace semanas bajo escrutinio mediático por un dudoso pago de 6,7 millones de euros (7,4 millones de dólares) a la FIFA en 2005. Se sospecha que con ese dinero se pagaron sobornos en la adjudicación del Mundial 2006.
Según su versión, se trataba de devolver un préstamo que les había concedido entre 2000 y 2002 el entonces jefe de la multinacional alemana Adidas, Robert Louis-Dreyfus. En 2005 le fue transferido de vuelta, disimulado en el pago de una gala de la FIFA.
El pretexto de la gala habría permitido a los directivos de la DFB evadir los impuestos correspondientes a este pago multimillonario, que se realizó bajo la pantalla de un gasto de empresa. Las autoridades fiscales están investigando la supuesta evasión de impuestos.
El dinero, según sugirió semanas atrás el semanario "Der Spiegel", fue destinado para presuntamente comprar los votos necesarios en el comité ejecutivo de la FIFA para hacerse con el Mundial de 2006.