Al duelo que el Liverpool se impuso 2-1 al Monterrey, por las semifinales del Mundial de Clubes de la FIFA, que se desarrolla en Catar, no le pudo faltar un toque de polémica, de picante. Por segundos, Antonio Mohamed y Jürgen Klopp fueron los protagonistas con un intercambio de palabras.
A los 75 minutos del duelo, cuando el marcador se estancó en el empate 1, Antonio ‘Turco’ Mohamed reclamó al juez de línea, con mucha vehemencia (fiel a su estilo), una falta del defensa de los Reds Joe Gómez, quien había metido la mano en un centro de los Rayados.
La reacción de inferencia del árbitro chileno Roberto Tobar hizo que el Turco estalle en cólera y sea controlado por uno de los asistentes; y ante los airados gritos por la falta, que no se sancionó con amarilla, Klopp lo provocó y le hizo la señas, invitándolo a pelear.
Mohamed, sin miedo, le dijo que afuera del estadio Internacional Khalifa lo esperaba para arreglar el contratiempo. El juez chileno tomó la decisión de amonestar con la tarjeta amarilla a los adiestradores.
Hasta que llegó el gol de Roberto Firmino en los descuentos, para sepultar las esperanzas del empeñoso Monterrey de México e instaló al Liverpool en la final del Mundial de Clubes, con una victoria de 2-1.
Naby Keïta había puesto adelante al Liverpool a los 11 minutos, pero el actual monarca de la Liga de Campeones fue alcanzado tres minutos después con un gol del argentino Rogelio Funes Mori.
Liverpool se medirá en la final del certamen con el Flamengo de Brasil. Será una reedición del duelo por la Copa Intercontinental, antecedente del Mundial de Clubes, disputado hace 38 años. En aquel cotejo de 1981, el conjunto brasileño se impuso. (D)