24/04/2024

Ricardo Vasconcellos Rosado: Barcelona SC, solo tempestades

Domingo 12 de Enero del 2020

Ricardo Vasconcellos Rosado: Barcelona SC, solo tempestades

En Barcelona, para las elecciones del 2015, se instaló la falsa premisa de que para ser presidente había que haber sido futbolista. Nadie dijo que era imprescindible contar con una sólida preparación que incluía conocimientos de mercadeo, finanzas, contabilidad, contactos comerciales y bancarios.

En Barcelona, para las elecciones del 2015, se instaló la falsa premisa de que para ser presidente había que haber sido futbolista. Nadie dijo que era imprescindible contar con una sólida preparación que incluía conocimientos de mercadeo, finanzas, contabilidad, contactos comerciales y bancarios.

Nueva York -

Si algún socio o seguidor del Ídolo del Astillero piensa que el desastre financiero y administrativo –con graves implicaciones en lo técnico– puede solucionarse en estos días, que empiece a desengañarse. Hoy está peor que nunca y el pronóstico para el futuro próximo es desesperanzador. La institución se muere a pasos agigantados y en las manos de sus dirigentes solo hay una ristra de aspirinas y un paquete de curitas.

No ha terminado de desperezarse el año nuevo y el Titanic oro y grana acaba de estrellarse en dos nuevos icebergs de dimensiones colosales, mientras un tercero viene en camino. No hay timón que los esquive ni GPS que ayude a eludirlos. Los pocos botes de auxilio ya fueron ocupados por ocho dirigentes que se alejan remando a gran velocidad y no quedan más. Tampoco hay boyas y el mar helado no alienta la supervivencia en el agua.

Las desgracias vienen de lejos. Desde que el club abandonó el hidalgo espíritu del Astillero y trajo a sus filas a falsos salvadores y oportunistas políticos, se acabó la era dorada de los próceres de los años de gloria: Rigoberto Aguirre Coello, Victoriano Arteaga Martinetti, Wilfrido Rumbea León, Luis Guerrero Alvarado, Miguel Salem Dibo, Alfonso Trujillo Bustamante, Emilio Baquerizo Valenzuela. Tras ellos vinieron gentes con raigambre del Astillero y con indiscutible amor al club: Galo Roggiero , Pepe Tamariz Crespo, Nicolás Romero Sangster y Carlos Coello Martínez, solo por nombrar a los más destacados.

En la administración de Isidro Romero Carbo (1990-1995) se produjo la gran inflación futbolística al suscribir contratos con cifras irreales para la realidad económica del país. El derroche desenfrenado e irresponsable arrastró al fútbol ecuatoriano todo y los clubes –Barcelona incluido– empezaron a endeudarse irresponsablemente pagando sueldos europeos a jugadores tercermundistas. En adelante los equipos fueron arrastrando déficits inmanejables y algunos llegaron a desaparecer. Otros se blindaron con una administración seria, eficiente que les permitió ir evitando los números rojos hasta alcanzar no solo estabilidad, sino también superávit y valiosos contratos con empresas transnacionales. Si hay que citar un ejemplo, allí está el de Emelec en la era Neme.

Barcelona siguió empeñado en el despilfarro desenfrenado. No hubo dique que contuviera el derroche. Extranjeros proclamados cracks con sueldos estratosféricos que no se compadecían con sus campañas. Se ha llegado a pagar el segundo sueldo más alto de Sudamérica a un futbolista que nunca salió como titular en su país donde su nombre es totalmente desconocido. Todo con la complicidad de un periodismo pegajoso y mercantilizado que ha llegado a proclamarlo como el mejor número 10 de la historia solo porque le dieron una camiseta con ese número, negando hasta los límites de la falsedad interesada a dos auténticos manejadores de sus equipos y campeones mundiales con sus selecciones como Moacyr Pinto y Marcelo Trobbiani.

En Barcelona, para las elecciones del 2015, se instaló la falsa premisa de que para ser presidente había que haber sido futbolista. Nadie habló de que un club de fútbol como el Ídolo del Astillero era una empresa que generaba millones de dólares anuales y de que era imprescindible contar con una sólida preparación en administración de entidades deportivas que incluía conocimientos de mercadeo, gerencia, finanzas, contabilidad, manejo de recursos humanos, sponsorización, relaciones con los organismos deportivos internacionales, sólidos contactos comerciales y bancarios. Hoy la administración deportiva es la conjunción de muchas ciencias y su especialización figura en el pensum de las más importantes universidades del mundo. No pienso que un exfutbolista no puede presidir un club, una asociación o una federación, pero al igual que cualquier otra persona, deben reunir los conocimientos que hemos descrito.

La administración de José Francisco Cevallos debe ser la más perjudicial y caótica de la historia casi centenaria de Barcelona. Para sostener esto solo basta citar un hecho: hasta hoy no se sabe el estado financiero del club. Se conoce de la existencia de una deuda monumental, pero hasta hoy se ignora la aterradora cuantía. En ocasionales sinceramientos de los exdirigentes se ha hablado de 29 millones de dólares; otras veces se ha dicho que son 32 millones y los más pesimistas elevan la cifra a más de 40 millones.

Igual que pasó con Cevallos, el exfutbolista Carlos Alfaro Moreno ya sufrió el primer desangre en las filas de su directorio. Ocho de los nuevos dirigentes se han ido de sus filas alegando que han sido ignorados en sus funciones, especialmente en el manejo financiero. Cevallos hizo lo mismo. Él y Juan Alfredo Cuentas manejaron a su antojo las finanzas del club. Antes de verse embarrados se fueron trece miembros de su directorio. Aquiles Álvarez, hoy vicepresidente del club y aliado de Alfaro, debió irse por discrepancias con Cuentas: “No puedo entenderlo, si BSC genera 20 millones de dólares y el presupuesto del plantel son 13, pero de los 13 son 400 y pico mil de dólares en pretemporada. Y en logística cerca de 500 000. El rol de pagos nos cuesta 10 millones y medio. BSC ingresa 20 millones y si gasta 13, no puedo entender cómo podemos estar en contra”, dijo Álvarez a Diario EL UNIVERSO el 17 de julio de 2018.

A nuestro criterio en Alfaro Moreno habría interés en acaparar y mantener en secreto las finanzas del club. Su proclama al asumir sus funciones fue ganar con Barcelona el “campeonato financiero”. Quiso decir que su principal tarea era reordenar la ruinosa economía del club, inexplicable desde que Barcelona es la mejor marca comercial del fútbol ecuatoriano, capaz de generar ingresos por más de 20 millones de dólares al año. Al paso que va, en este particular “campeonato”, Alfaro Moreno se irá al descenso.

Terminó la unidad con un grupo donde hay personas con conocimientos, experiencia, ideas y contactos financieros, a las cuales quiere mantener apartados de los negocios del club. ¿Con qué propósito? Alfaro Moreno no puede eludir su responsabilidad en el desastre del club, pues estuvo 38 meses al lado de Cevallos aprobando todo lo que este hacía en lo administrativo, técnico y económico. ¿Se sabrá algún día cómo se manejaron los intereses de Barcelona durante la politizada administración de Cevallos y Cuentas? ¿Se sabrán las interioridades de las contrataciones del hoy demandante Michael Arroyo, Ariel Nahuelpán, Jonathan Álvez, Joffre Guerrón, Frikson Erazo, José Ayoví y otros paquetes? ¿Cómo se manejó la maniobra para eludir el examen de dopaje de Arroyo y su suspensión de por vida, involucrando al médico del club? ¿Cuánto terminará costándole a Barcelona la manera irresponsable como se trató este tema, ahora que Arroyo ha demandado al club por 8,3 millones de dólares?

Como lo señaló un importante matutino, Arroyo, que venía de fracasar en varios clubes, fue contratado por Cevallos con un sueldo y prima fabulosos, jugó 25 partidos y marcó 8 goles. Si la demanda prospera, Arroyo recibirá 340 000 dólares por cada partido jugado y cada gol le costaría al sufrido Barcelona 1062 500 dólares.

¿Y no que Barcelona iba a estar mejor con un exfutbolista manejando al club? ¿Y no era Alfaro Moreno, otro exfutbolista, el que venía a salvarlo? Quien dijo que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra parece haber tenido la razón. (O)

¿Se sabrán las interioridades de fichajes del hoy demandante Michael Arroyo, Ariel Nahuelpán, Jonathan Álvez, Joffre Guerrón, Frikson Erazo, José Ayoví y otros paquetes?"

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