22/11/2024

Mario Canessa: Pelé, Maradona o Messi, el debate interminable

Sábado 15 de Febrero del 2020

Mario Canessa: Pelé, Maradona o Messi, el debate interminable

Pelé es para el fútbol lo que los Beatles para la música, Muhammad Ali para el boxeo y Michael Jordan para el básquet (...)

Pelé es para el fútbol lo que los Beatles para la música, Muhammad Ali para el boxeo y Michael Jordan para el básquet (...)

Cuando recibí la propuesta de los organizadores de las conferencias ‘Bichitos del Fútbol’ para participar en un debate sobre cuál es el mejor futbolista de la historia, no dudé dos veces en aceptar. Lo consideré por el nivel del foro, por la presencia masiva de público y porque los otros expositores eran reconocidos periodistas, me refiero a Jorge Barraza y Alfonso Harb, que tenían como objetivo defender la idea de que Lionel Messi y Diego Maradona, respectivamente, eran sus escogidos para ubicarlos en el podio mayor de la historia del fútbol.

Era el sitio perfecto para alegar públicamente, y formalmente, ideas controversiales y como exige el protocolo, con un moderador que no solo iba a controlar el reloj, sino también a ordenar las intervenciones, gestión que eficientemente cumplió Diego Arcos.

El debate sería, además, una fuente infinita para los razonamientos que incluyan el crucial elemento para el convencimiento; me refiero al principio cartesiano que obliga a decir todo aquello que pueda ser probado. También era un momento para demostrar que aquella idea, tantas veces repetida, que sostienen que todo lo pasado fue mejor, siendo un elemento lógico, no basta para tener mayor o menor peso en el momento de seleccionar al futbolista de ayer o al de hoy.

  • Pelé está deprimido por sus problemas de cadera, dice su hijo

Estaba seguro de que llegar a diferenciar las cualidades de Pelé, Maradona y Messi iba a ser una tarea complicada porque los tres han reunido virtudes excelsas para jugar al fútbol. Por ello era indispensable que se acepte el factor de la personalidad y su comportamiento fuera de la cancha por la simple razón de que no se puede separar del medio un atributo que es parte de la esencia de un deportista. El ejemplo de cómo debe actuar un deportista para ser considerado un ejemplo y modelo ante una sociedad, como lo confirma la carta epistolar del papa Francisco, que menciona que el deportista es un instrumento de formación, de ejemplo, una guía pastoral en el deporte y como el deporte es como la vida, los ejemplos de esos valores sirven como inspiración a las sociedades.

También era importante coincidir que siendo un juicio atemporal y de carácter subjetivo, el debate servía para que las consideraciones de las tres tesis no tengan como objetivo principal demostrar quién fue el ganador del debate, sino de generar razones para reafirmar o definir predilecciones.

El debate nos encasilló en demostrar por qué estos tres afamados futbolistas deben disputar la medalla dorada, pero considero que se quedaron muchos nombres en la gaveta. Desde mi punto de vista, existen algunos futbolistas que deberían, en algún momento, ser analizados; por ejemplo, los famosos brasileños Friedenreich, Leonidas y Garrincha; o los también argentinos Pedernera, Sivori, Di Stéfano; el alemán Beckenbauer y el holandés Cruyff y otros podrían estar entre los mejores jugadores de la historia.

¿Por qué para mí Pelé es el mejor futbolista de la historia? Por su personalidad, por ejemplo. Parte de su gloria tiene que ver con su sencillez, tipo sin poses que con su sonrisa demostraba la seriedad propia de aquel al que no lo distrajo ni lo afectó la fama. No lo confundieron las reverencias y homenajes de reyes, presidentes, papas, instituciones multinacionales. Alguna vez Pelé confesó que nunca lo cambió haber cenado en una mesa de tabla sin mantel, para después de unos años, cenar con cuatro presidentes de Estados Unidos como Nixon, Carter, Reagan y Clinton. O que una de sus citas más recordadas fueron las que tuvo con el líder Nelson Mandela o haber sido recibido y felicitado por tres papas: Pablo VI, Benedicto XVI y Juan Pablo II.

Giacinto Facchetti, italiano que lo sufrió en la final de 1970, dijo esto: “Pelé parecía helicóptero. Tenía una capacidad para mantenerse suspendido en el aire el tiempo que él quisiera”.

Pelé también recibió en 1978 el Premio Internacional de La Paz, en 1980 el de Atleta del Siglo, la ONU lo declaró Ciudadano del Mundo, la reina Isabel le confirió en 1998 el título de Caballero Honorario, acto realizado en el Palacio de Buckingham. Nada de aquello lo cambió, mantuvo siempre su humildad, como cuando lloró al anotar el gol en la final del Mundial de Suecia 1958 con apenas 16 años, o las lágrimas que brotan ahora postrado por sus distrofias que no le permiten caminar.

Por sus características técnicas como jugador de fútbol reunía condiciones inigualables por su potencia, elasticidad, velocidad, su capacidad para gambetear con los dos perfiles, su gran intuición para ubicarse y si eso fuese poco, su gran derroche y su actitud ejemplar.

Cuentan que era el rey de la imaginación y superlativo en la improvisación. Que era tal su magia que se daba maneras para hacer paredes con sus rivales. Y sobre su gran cabeceo, lo describió un rival en la cancha, Giacinto Facchetti, defensor que lo sufrió (4-1) en la final de México 1970. El italiano lo calificó así: “Pelé parecía helicóptero. Tenía una capacidad para mantenerse suspendido en el aire el tiempo que él requería”.

César Luis Menotti dijo: “Yo he visto a Maradona y a Messi, pero para mí el más grande es Pelé. Nunca se sabía qué iba a hacer cuando le llegara la pelota y lo peor es que casi siempre le llegaba”. También José Augusto Torres, delantero de la selección portuguesa en el Mundial 1966; él declaró: “Cuando entrábamos a la cancha y veíamos a ese negro con la camiseta número 10, ya nos queríamos ir”.

  • Mario Canessa: Jordi Cruyff, en busca del tiempo perdido

En fin, son muchos los testimonios que demuestran que Pelé fue el más completo jugador de fútbol de todas las épocas, aunque muchos opinan que es imposible compararlo, porque los tiempos son diversos, que las tácticas, que los espacios se han reducido, que las marcas hoy son más rigurosas. Todas excusas que intentan devaluar la verdadera dimensión futbolística de Pelé con teorías incomprobables que respeto pero que no comparto. Pienso que son usadas como excusas para obviar justipreciar la verdadera dimensión a través de los tiempos.

El debate también sirvió para disipar dudas, como la que me consultaron: si Pelé era tan bueno como lo describí, ¿por qué ningún club se lo llevó a Europa, como hicieron con Di Stéfano, Sivori, Amarildo o Didí? Y la contestación es simple: sí hubo clubes europeos interesados, principalmente italianos que estaban dispuestos a pagar un millón de dólares, pero no se dio porque el Gobierno de Brasil lo declaró Patrimonio Nacional, con prohibición de exportar.

Pero la parte más importante del debate es que permitió que ese ejercicio con la historia no estuviera exento del análisis filosófico en el momento que expliqué que Pelé llegó al fútbol cuanto este lo necesitaba. Su presencia estableció una línea marcada entre el pasado y el futuro no solo por las tácticas ofensivas, sino por lo que trascendió. Pelé es para el fútbol lo que los Beatles para la música, Muhammad Ali para el boxeo y Michael Jordan para el básquet.

Y si alguien tiene alguna duda, también hay una razón no menor si se requiere algo más para diferenciarlos: están sus cifras y sus títulos. Pelé fue tres veces campeón del mundo con la selección de Brasil, ganó 60 títulos en su carrera a nivel de clubes e hizo 1283 goles; son estadísticas que son difíciles de superar hasta el día de hoy. (O)

Ver noticia en El Universo

Temas Relacionados: