04/05/2024

Ricardo Vasconcellos Rosado: Barcelona 5, Deportivo Cali 3, gran juego de la historia torera

Domingo 03 de Mayo del 2020

Ricardo Vasconcellos Rosado: Barcelona 5, Deportivo Cali 3, gran juego de la historia torera

La ‘Amenaza Verde’ jugó en el estadio Capwell; el ‘Muñeco’ Coll, exfigura de River Plate, era su estrella.

La ‘Amenaza Verde’ jugó en el estadio Capwell; el ‘Muñeco’ Coll, exfigura de River Plate, era su estrella.

Nueva Jersey -

Los que tuvimos la fortuna de vivir los tiempos del viejo estadio Capwell no tenemos nada que envidiar a los aficionados de hoy, que solo pueden ver los partidos internacionales de Copa Libertadores o Copa Sudamericana. Desde 1946 pasaron por el césped del escenario de la calle San Martín los mejores equipos del continente y algunos de Europa, como el Espanyol y el Sevilla de España; Rot-Weiss Essen, de Alemania; el Charlton Athletic, de Inglaterra; y el Degerfors y Norkoping, de Suecia. Los equipos sudamericanos venían con todas sus estrellas y no eran las caricaturas del presente, debilitados por la venta de sus mejores jugadores a Europa.

Desde 1949 hasta 1953 se vivió en Colombia una era inigualable: la de El Dorado. En sus escuadras militaron los mejores jugadores de la región. Ubicado el país cafetero al margen de la FIFA, hacia él fluyeron los cracks de la época sin necesidad del pase reglamentario. La presencia de esos planteles era reclamada a lo largo de América y, en el caso de Millonarios, en España. La oncena de Julio Cozzi, Alfredo Di Stefano, Adolfo Pedernera, Néstor Raúl Rossi, Antonio Báez, Reinaldo Mourin y otros astros se dio el lujo de arruinar la fiesta del cincuentenario de Real Madrid, ganando al local por 4-2 para adjudicarse el torneo Bodas de Oro en marzo de 1952.

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Ese mismo Millonarios, con las mismas estrellas, en el Capwell, dos meses después de haber bailado a los merengues, caía derrotado por Barcelona con gol del argentino Juan Deleva. Tuvo una noche espectacular Carlos Pibe Sánchez al anular a Di Stefano, y también el portero Jorge Delgado, que atajó hasta el viento.

Una de las grandes formaciones de El Dorado fue Deportivo Cali, llamado la Amenaza Verde, un cuadro con futbolistas colombianos, argentinos y peruanos de excepcional calidad. Llegó a Guayaquil en diciembre de 1952 en una final de temporada inolvidable, pues actuaron ese mes en el estadio Capwell el Huracán de Buenos Aires ante un Barcelona reforzado nada menos que por Ángel Perucca, el centro medio albiceleste apodado el Portón de América, y los delanteros gauchos Óscar Contreras y Vicente Gallina; Universidad de Bogotá, que tenía la que era considerada la mejor línea media de Colombia: Abbes, Perucca y Arnaldo, pero perdió ante Unión Deportiva Valdez; Deportivo Cali y, finalmente, Racing de Avellaneda, capitaneado por Pedro Dellacha y su delantera comandada por Juan José Pizutti, que cayó ante el campeón de Guayaquil, Norteamérica.

Equipo de Deportivo Cali de 1951.

Equipo de estrellas

Los caleños trajeron su plantilla estelar en la que brillaban los argentinos Julio Acciolo, arquero; el volante José Eduardo Castro; y los delanteros Oswaldo Pérez, Roberto Muñeco Coll, el famoso Camilo Cervino y Rubí Cerioni, más los peruanos Juan Lecca y Luis Tigrillo Salazar. Para enfrentarlos se eligió a Barcelona, para entonces el equipo más popular y taquillero del balompié porteño, que iba a reforzar sus líneas, después de un campeonato local agotador, con los argentinos Valentín Domínguez, exarquero de Río Guayas, el medio de Emelec Héctor Pedemonte, el artillero de Valdez Juan Deleva y el delantero Jesús Lires López, quien, al igual que Domínguez, militaba en Universidad de Bogotá.

En el club colombiano brillaba Roberto 'Muñeco' Coll, con la camiseta del Palestino, de Chile, en la revista Estadio de ese país.

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El 10 de diciembre, en partido nocturno, los equipos salieron al campo de juego bajo el arbitraje de Rafael Guerrero Parker. El Cali puso en la cancha a Asciolo; Sanguinetti y Caicedo; Peluffo, Castro y Lecca: Pérez, Coll, Cerioni, Cervino y Salazar. Por Barcelona estuvieron Domínguez; Luis Jurado, Pibe Sánchez y Galo Papa Chola Solís; César Veinte Mil Solórzano y Pedemonte; Jorge Mocho Rodríguez, Lires López, Deleva, José Pelusa Vargas y Guido Andrade.

Los amarillos mostraron gran codicia y velocidad en el primer cuarto de hora. A los 15 minutos Vargas fue detenido con falta por Peluffo. Al cobro fue el gigante bigotón Pedemonte con un cañonazo que pasó como una centella por sobre la barrera y venció a Asciolo. El tanto acentuó el dominio barcelonés. Pelusa Vargas mostraba su arte creativo en el medio campo y a los 24 minutos Solórzano inició un ataque poniendo en juego a Rodríguez. Lleno de habilidad el astuto Mocho burló a Peluffo y a Castro y quedó solo ante el arquero caleño. Su disparo fue manoteado por el portero y Vargas, entrando velozmente, remató poniendo el 2-0.

Delirio en el Capwell

Cuatro minutos más tarde se produjo una brillante combinación de los locales. Solís interceptó un balón y lo cedió a Rodríguez. Este habilitó a Deleva que cedió el esférico a Lires López, quien vio a Andrade que se cortaba a velocidad sobre el área visitante. El alero milagreño se zafó de su marcador con una finta elegante –que era parte de su lujoso repertorio– y le puso un banquete a Vargas quien, con fulminante tiro a media altura, volvió a anotar. Había un delirio gigantesco en la tribuna y en la general por el espectáculo que estaba dando la oncena oro y grana.

Domínguez se había lucido minutos más tarde al atajar con gran esfuerzo balonazos de Castro y Cerioni. Las combinaciones caleñas se acentuaban gracias al accionar del célebre Muñeco Coll. Un centro de Pérez fue recogido de primera por Coll, cuyo disparo venció a Domínguez. El tanteador era favorable al ídolo 3-1. No tardó mucho en achicarse la diferencia. Un pase en profundidad de Castro en busca de Cerioni fue rechazado por el Niño Jurado muy cerca de la meta. Por casualidad el balón rebotó en Cervino y se alojó en la red. Barcelona 3, Deportivo Cali 2. A raíz de esta anotación el partido se hizo bronco por acciones fuertes de ambos lados. El árbitro ordenó la salida de Lecca, lo cual exaltó los ánimos. La calma volvió y no se produjo la expulsión.

Entra Chuchuca

En el segundo tiempo, el peruano Félix Castillo reemplazó a Salazar y Sigifredo Chuchuca a Vargas. El querido Cholo pagó el aplauso de la popular. No se llegaba al tercer minuto cuando Lires López habilitó a Chuchuca, cuya finta burló a Sanguinetti para fusilar al guardameta caleño. Barcelona 4, Deportivo Cali 2. Dos minutos después Solórzano puso en acción a Deleva, quien cedió a Chuchuca. Acciolo se barrió para detener al goleador porteño, pero este lo eludió hacia la derecha por donde entraba brioso el Mocho Rodríguez, quien puso el 5-2 para Barcelona.

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Solís, agotado, fue cambiado por Heráclides Marín. El Cali dominaba, pero Domínguez respondía. El hábil Pérez eludió a Marín, enfrentó a Jurado y lo pasó para quedar en soledad ante Domínguez y colocar el 5-3. Los del Astillero se mostraban cansados del esfuerzo. Salió Lires López e ingresó el potente Simón Cañarte, quien de entrada puso en apuros al peruano Passalaqua, sustituto de Asciolo, con soberbio tiro.

Guido Andrade fue reemplazado por el chiquillo Clímaco Cañarte, de 16 años, quien se había bautizado como internacional ante Huracán una semana antes. Pelusa Vargas había reingresado por Deleva y en el último cuarto de hora se produjo una gran exhibición de combinaciones veloces y repletas de finura e inteligencia de la delantera que, para ese rato, la formaban Rodríguez, Simón Cañarte, Chuchuca, Vargas y Clímaco Cañarte. Un año después esa misma delantera, luego de dos espléndidos partidos ante Patria y Valdez, fue bautizada por EL UNIVERSO como ‘Los Cinco Diablos’.

Los 95 años

Fue un encuentro inolvidable por la clase de ambos equipos y por la actuación de Barcelona cuyos jugadores, plenos de calidad y vergüenza deportiva (cuánta falta hoy), realizaron un partido para eternas memorias que hemos querido recordar ahora que el ídolo del Astillero está cumpliendo 95 años de su fundación. (O)

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