El triunfo apurado del conjunto de Jurgen Klopp presiona al Everton de Carlo Ancelotti, que el domingo visita al Newcastle obligado a ganar para dar caza a su vecino.
La maquinaria 'red' aún no está apuntalada. Saca adelante con más apuros que antes los encuentros. Sin la determinación del curso pasado. Ocurrió también en Anfield contra el West Ham, que se adelantó en el marcador y obligó al campeón a remar contracorriente.
Fue el español Pablo Fornals, que recogió en la frontal del área un mal despeje de Joe Gomez, el que adelantó a los visitantes a los diez minutos.
El Liverpool reaccionó y se hizo el dueño del partido. No tuvo acierto y solo encontró el empate, al borde del descanso, gracias a un penalti. Fue una falta absurda del congoleño Arthur Masuaku sobre Salah lo que llevó el balón a los once metros, donde el egipcio no falló.
La maniobra desde el banquillo de Klopp fue providencial para el triunfo red. En el minuto 70 sacó al campo al portugués Diogo Jota y al suizo Xherdan Shaqiri en lugar de Curtis Jones y Roberto Firmino.
Ambos participaron decisivamente en el gol del triunfo del Liverpool, a cinco minutos del final. El helvético envió un pase filtrado a Diogo Jota que le indicó el desmarque, y no falló ante la salida del meta polaco Lukasz Fabianski.
La victoria sitúa al Liverpool en el liderato, con 16 puntos, tres más que el Everton, que por diferencia de goles ostentaba la primera plaza y que visita el domingo al Newcastle, y el Wolverhampton, que el viernes venció al Crystal Palace.