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La lluvia caía sin cansancio en las calles de Barcelona en aquel abril del 2013. El Barcelona festejaba un nuevo título y Lionel Messi, hoy ganador de su séptimo Balón de Oro, presentaba en el Camp Nou a su primogénito Thiago. En medio de esa euforia, el ’10′ argentino conversaba con nosotros como antesala de un partido amistoso en Lima. ‘La Pulga’ en paralelo a su desempeño profesional, encaminaba ese año una gira llamada “Messi y sus amigos”.
Hoy, que ganó otra vez este máximo premio individual del fútbol, es importante recordar lo importante que ha sido para el crack rosarino rodearse bien en la cancha. Con Neymar selló una de sus principales sociedades. La partida del brasileño fue un golpe para Lionel.
En esos encuentros amistosos de “Messi y sus amigos”, Lionel invitaba a compañeros y ex compañeros para recorrer el mundo y sumar algunos ingresos para su fundación. “Estarán Mascherano, Busquets, varios del Barcelona”, nos alcanzó a decir antes de subirse a su jet privado rumbo a Qatar hace ocho años. Los quioscos en la ciudad catalana se acompañaban de las fotos de Messi, pero también daban detalles de la cada vez más cercana llegada de Neymar. Ni Lionel, ni ‘Ney’, imaginaban que el primer campo donde se iban a encontrar ese año iba a ser el césped del estadio Nacional de Lima.
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“La inversión ha sido de aproximadamente cuatro millones de dólares. Pero un buen porcentaje es cubierto por auspiciadores. Esperamos un sold out”, declaraba Salomón Villafuerte, de la empresa Top Eventos que organizó este ambicioso evento. Para recuperar la inversión era clave alcanzar el estadio lleno. Y allí apareció una variable difícil de manejar: a los peruanos les aburre (un poco) los amistosos. ¿Cuál era la solución? Los periódicos deportivos de Barcelona, de esos quioscos castigados por la lluvia, nos daban un alcance de lo que podía pasar. Neymar aparecía como la apuesta ganadora.
Antes de encontrarnos con Lionel Messi, un empresario argentino, Adrián Barbini, nos facilitó dos entrevistas en el mismo complejo deportivo de Barcelona. Hablamos con Javier Mascherano y con Sergio Busquets. Ambos aseguraron su presencia en Perú, aunque Busquets desistió al final por no recuperarse a tiempo de una lesión. La influencia del ’10′ argentino en aquel plantel azulgrana era evidente en cada pasadizo del Camp Nou y del complejo de entrenamiento. La gira se llamaba “Messi y sus amigos”, pero la denominación quedaba corta. El día que este periodista entró a los dominios azulgranas, fue posible concluir que Messi era el máximo accionista por su influencia futbolística.
La búsqueda del estadio lleno
En Lima ya se iban anunciando los invitados. Desde Marco Materazzi hasta el golero brasileño Julio César. A pesar de todo eso, las ventas de entradas no despegaban. Era importante apostar por una carta ganadora (y costosa). Los empresarios de Lionel Messi conversaron con los organizadores del evento y propusieron convencer a Neymar. Dice la leyenda urbana que el mismo Lionel llamó al brasileño y que ese gesto fue decisivo para darle punto de inicio a la amistad que los unió junto a Suárez en aquel Barcelona de Luis Enrique.
Neymar ya había firmado por el Barcelona, en un contrato millonario y controversial que luego encontró problemas con el fisco español. Pero antes de toda esa travesía judicial, el brasileño vivió el sueño de niño: llegar a uno de los principales clubes del planeta y ser partner del mejor jugador del momento. Unirlo a la gira de “Messi y sus amigos” no debía ser problema. Sin embargo, fuentes muy cercanas a la organización de este partido nos aseguraron que esa gestión costó casi un millón de dólares.
Fue una apuesta arriesgada, pero el resultado fue positivo. El estadio Nacional se llenó aquel 2 de julio del 2013. No hay registros previos ni posteriores de una recaudación similar en partidos amistosos o benéficos en el Perú. Esos 35 mil espectadores registrados no solo permitieron que el evento no dé escandalosas pérdidas, sino que también dejaron un saldo para la fundación Messi, que ayuda a nivel mundial a los niños más pobres del mundo. Eso sí, el aparato judicial de España hasta hace un par de años investigó las acciones de esta fundación sin encontrar irregularidades. Eso sí, en el 2016, Messi fue declarado culpable por no haber tributado diez millones de dólares en sus contratos de imagen.
Volverte a ver
Han pasado ocho años de ese partido que acabó con el marcador 8-5 a favor del equipo de Messi, quien hizo dos goles. Neymar también alcanzó el doblete, pero a pesar de que su oncena perdió el cotejo este crack brasileño sabía que había ganado algo más valioso: la confianza del argentino. Lo que pasó en las cuatro temporadas siguientes ya es historia conocida con un pico de éxito con la Champions del 2015.
Cada vez que se reabría un mercado de pases, se despertaba la ilusión futbolera con un reencuentro Messi-Neymar. Los dos nunca dejaron de manifestar el deseo de volver a juntarse. ‘Ney’ ya renovó con el PSG hasta el 2025, mientras que Messi ya suma cuatro goles con el campeón francés.
Ya sea en el Barza o con sus selecciones, los caminos de Neymar y Messi se cruzan cada cierto tiempo. Lo que pocos recuerdan, es que ese idilio futbolero comenzó en julio del 2013, entre los pasillos del hotel Country y el verde del estadio Nacional. La última página comenzará a escribirse sobre el césped del Parque de los Príncipes.