Hay un lugar común en el fútbol internacional que exclama: "la Copa Libertadores es el torneo más difícil del mundo". Los argumentos para sostener semejante afirmación son variados y van desde cuestiones históricas hasta geográficas. Los partidarios de esta opinión agregan que todo futbolista que se haya destacado en el máximo certamen sudamericano está preparado para afrontar cualquier otro desafío. En muchas ocasiones, esto ha sido comprobado en la cancha y las grandes figuras de la Libertadores luego se han destacado en otros escenarios.
Hoy, el campeonato más prestigioso del planeta es la UEFA Champions League. Allí están los mejores jugadores y los mejores equipos. No hay discusión posible sobre esto. Por eso, todo protagonista aspira a jugar la final que protagonizarán Manchester City e Inter el 10 de junio en Estambul. Ese día, Lautaro Martínez y Julián Álvarez cumplirán el sueño sudamericano.
Pero antes, ambos brillaron en las canchas de su continente. Antes, fueron figuras de la CONMEBOL Libertadores. Y con esa experiencia saldrán a la cancha del estadio Atatürk. Quizás, esas batallas disputadas en suelo americano les den mejores argumentos para competir por la Orejona. Los dos delanteros de la Selección Argentina, campeones del mundo, saben bien lo que es jugar en sitios hostiles y con presión. Tal vez la jerarquía sea mayor, aunque la responsabilidad es la misma.
Lautaro jugó su primer partido internacional en 2017 en la CONMEBOL Sudamericana. Un año más tarde, fue el mejor jugador de la fase de grupos de la Libertadores. A los 20 años, lideró a Racing Club en el grupo 5 de aquella edición. Su extraordinaria actuación fue fundamental para que Inter terminara de convencerse de contratarlo.
En su debut, marcó un triplete en el 4-2 sobre Cruzeiro, uno de los grandes favoritos del momento. Aquel encuentro como una de las más refulgentes apariciones de la historia del certamen. Volvió a brillar con otro gol en la goleada 4-0 ante Vasco da Gama y también anotó en el 1-1 de Rio de Janeiro contra el mismo rival. Terminó con cinco anotaciones y era el máximo artillero de la Copa cuando pasó a Inter. Su equipo sufrió tanto su salida que quedó eliminado en la siguiente etapa. Queda la sensación de que con él, el camino racinguista habría sido mucho más largo.
A diferencia de Lautaro, Julián sí tuvo varias oportunidades de jugar la Libertadores. De hecho, disputó uno de los partidos más recordados de todos los tiempos y levantó el trofeo. Después de Madrid 2018, Álvarez ya es un apellido ligado a lo más glorioso del fútbol sudamericano.
Su estrella es tan brillante que su primer partido en un torneo internacional fue aquella final del 9 de diciembre contra Boca Juniors en el Santiago Bernabéu. Ingresó a los siete minutos del primer tiempo extra y solo 23 minutos después de su irrupción en primera, ganó el título más importante de la historia de River Plate.
En la edición 2019 fue suplente en la mayoría de los partidos, pero convirtió su primer gol, en su primer encuentro como titular. Fue en el empate 2-2 contra Internacional en la última jornada de la fase de grupos. Además, jugó unos minutos contra Boca en semifinales y también ingresó en la final contra Flamengo, que perdió 2-1 en Lima. Al año siguiente, ya se afirmó como titular y marcó cinco goles en el camino a semis.
El 20 de mayo de 2021 fue protagonista de otro día inolvidable. Con solo once jugadores disponibles y Enzo Pérez como arquero, River le ganó a Santa Fe en plena pandemia de covid-19. El mundo recuerda el impresionante esfuerzo de Pérez, pero la increíble victoria se cimentó desde los pies de Julián, quien abrió el marcador con un golazo y expuso su enorme categoría en un primer tiempo para la historia.
En total, Julián disputó 35 partidos en la Libertadores, con 14 goles y 6 asistencias. Ganó un título, fue subcampeón en una ocasión y semifinalista una vez más. Su desarrollo como crack mundial está ligado de forma íntima a la competencia más prestigiosa del continente.