Tengo un primo y un amigo que arrasaban siempre que quedábamos para jugar al póker los fines de semana. Llegaba a ser injusto. Eran tan buenos que siempre lo decíamos: "¿Por qué no empezáis a jugar en serio y os apuntáis a un torneo? Seguro que lo haríais genial". Tras un par de años humillándonos, los dos decidieron escuchar el clamor de la grada y se apuntaron en una web de póker de pago. Y una semana después ambos lo dejaron unos cientos de euros más pobres.
Los dos no se conocían. Ni se conocen. Son de entornos diferentes pero sus historias son como las de cientos... Miles de personas. Seguro que conoces a alguien que haya pasado por una situación parecida. Sea en cartas, apuesta deportiva, caballos, casino... No recomiendo a nadie jugar y por eso a mí me costó tanto escribir este artículo.
Lo escribo porque diariamente nos llegan preguntas de lectores sobre Fantasy Football de pago. Y principalmente porque la justicia estadounidense define que Fantasy Football de pago, aunque sea un juego de apuestas, no está basado sólo en el azar.
Según la la ley estadounidense de juegos online – que desde luego es polémica y genera mucho debate – el resultado de Fantasy Football no lo determinaría sólo el azar sino que reflejaría, en gran parte, el grado de destreza de sus participantes y su conocimiento.
Resumiendo lo que dice la ley de Estados Unidos, diferentemente del póker, donde uno no sabe cuál es la próxima carta, en Fantasy Football tú sí que podrías calcular, relativamente, el número estimado de carreras de un running back a través de estadística acumuladas y tendencias históricas.
Actualmente, existen hasta empresas especializadas en estudiar la probabilidad estadística que un determinado jugador tiene de lesionarse, medido en porcentual.
A mí me gusta definir el Fantasy Football de pago como un medio término entre el póker y el mercado de valores. El conocimiento, preparación y destreza son fundamentales para disminuir el riesgo en pequeños porcentajes. Pero el azar siempre será el que definirá el resultado final.
Este será mi quinto año jugando Fantasy Football de pago. O ‘Ligas de Altas Apuestas’, como se llama en Estados Unidos (High Stakes Fantasy Football Leagues).
Dos años me han salido geniales. Los otros dos, un verdadero desastre.
A cada año voy entrando más en el mundillo que existe alrededor del estas ligas. Conociendo a jugadores, a webs especializadas e, incluso, al mundo del análisis predictivo y de las matemáticas avanzadas, cada vez más utilizados en Fantasy. Cada vez más profesores universitarios y agentes del mercado de valores se están metiendo en este medio, principalmente con el crecimiento vertiginoso de la Fantasy Football de pago diaria, donde uno draftea un equipo nuevo a cada semana.
Si hablamos de ligas de temporada, el formato más corriente es el llamado Draft Experts o Draft Masters. Son ligas de 12 equipos con drafts larguísimos, de 20 a 28 rondas, donde no hay agencia libre, trades o incluso alineaciones semanales. Uno draftea su equipo y no lo puede tocar durante toda la temporada. A cada semana, la alineación es automática con los jugadores - 1QB, 2 RBs, 2 WRs, 1TE, 1D/ST, 1K y 2 Flex (RB/WR/TE) - que más puntos sumen aquella jornada.
El formato Draft Experts (DE) ha explotado este año con un boom de la popularidad de las llamadas MFL10. Cuestan US$10 y pagan US$100 al ganador. El draft es offline y cada equipo tiene 8 horas para eligir su próximo jugador. Estos drafts pueden durar hasta dos semanas. Están abiertas sólo para los residentes de Estados Unidos.
El atractivo está en encontrar las sorpresas de la temporada antes de que exploten. Jugadores como Justin Forsett o CJ Anderson, que en una liga normal no serían drafteados y los ficharías en Agencia Libre.
Eso hace con que la vida de un jugador “profesional” de Fantasy comience mucho antes de lo que se considera normal. Mientras un aficionado corriente comienza a pensar en fútbol americano y hacer sus drafts en agosto, las ligas de pago empiezan antes mismo del Draft de la NFL.
Las MFL10 son las más baratas, pero las más importantes llegan a costar US$10.000 la entrada, con ‘draft’ presencial en un hotel cinco estrellas de Las Vegas y premios de hasta US$500.000. El torneo más conocido es el Fantasy Football Players Championship (FFPC). La inscripción cuesta US$1.875 y el draft es presencial, en el Hotel Casino Caesars, en la ciudad del pecado.
Yo juego en ligas de apuestas intermedias de la web de FFPC, la única de Fantasy de pago que conozco que acepta apuestas de jugadores otros países.
Yo uso las ligas más baratas como una especie de entrenamiento durante los meses de mayo y junio, antes de hacer mis drafts más importantes. La mayoría de los tiburones (jugadores de altas apuestas) hacen lo mismo y draftean a docenas de MFL10 o similares.
Personalmente, mi ritual comienza después de la Super Bowl y consiste en estar al tanto de todo lo que está pasando en la liga, los cambios de entrenadores y coordinadores y lo que conllevan para los sistemas de ataque de sus equipos. Los calendarios y sus dificultades, contra cuáles defensas juegan y en cuales semanas. Los fichajes de agencia libre, lesiones y elecciones del draft y como impactan a los veteranos de las franquicias. Luego toca saber cómo van las disputas por posiciones en los training camps, analizar las tendencias y las estadísticas históricas que puedan indicar qué jugadores tienen más probabilidad de explotar o decaer.
Y eso es sólo la parte deportiva. No empezamos ni a hablar de estrategias del juego de Fantasy, tendencias del Draft, formaciones ideales de plantillas, qué jugador o posición draftear en una determinada ronda, etc.
La preparación comienza más de seis meses antes de la temporada y domina prácticamente todo mi tiempo libre durante la offseason. Es casi un trabajo. Estoy suscrito a cinco webs de pago especializadas en Fantasy Football donde entro todos los días. Escucho al menos seis podcasts semanales. Tengo una tabla de Excel que la llevo desarrollando desde hace unos siete años. Todo eso para intentar aumentar este maldito 8.3% tormenta los sueños de los jugadores “profesionales”.
Este número (8,3%) representa la probabilidad que uno tiene de ganar una liga de 12 equipos. Si con estrategias de draft, tendencias de plantilla y preparación logras disminuir tus riesgos a un 10 por 1, tu Retorno en la Inversión (ROI) es de un 8%. A 9 por 1 tu ROI sube al 20%.
Por eso este año he cambiado mi planificación. En vez de jugar tres o cuatro ligas de FFPC con premios altos pero muy costosas, he apostado por 14 más baratas para aumentar estos porcentajes y reducir riesgos. Lo mismo que diversificar en la bolsa. Si gano 1 de cada 7 siete ligas, mi ROI es de un 50%.
Lo que quiero decir con todo eso es que Fantasy de pago es cosa seria. Nadie está ahí para tirar su dinero y el nivel de preparo es brutal. Si tu al final decides entrar en este mundo, mi recomendación es que vayas despacio, en ligas baratas, pero preparándote lo mejor posible. No subestimes el valor de una MFL10 o una FFPC barata. Como dije antes, estas están llenas de tiburones preparándose y es una excelente manera de jugar contra ellos y aprender.
Si la palabra es aprender, la primera lección de un jugador de Fantasy de pago es aceptar que vas a perder. Vas a perder mucho más que vas a ganar. Y muchas veces no vas ni a tener nada que aprender de una derrota. Te lesionan dos de tus mejores jugadores o tu primera ronda es una gafe total, por ejemplo. ¿Qué te voy a decir? Lo más importante es aceptar que, estadísticamente, vas a perder. El desafío es disminuir el riesgo con preparación y disciplina, disfrutando a cada momento. Y en el momento que aceptas la derrota, cuando la victoria llegue, tendrá sabor a gloria.