La Fiscalía de la Audiencia Nacional presentó la querella contra el ahora suspendido presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, por el beso no consentido a la jugadora Jenni Hermoso en la entrega de medallas del Mundial de Australia. Le imputa dos delitos, uno de agresión sexual y otro de coacciones.
"La fiscal pide que se tome declaración a Luis Rubiales, en condición de investigado, y a Jenni Hermoso como víctima", indicó la Fiscalía en un comunicado.
A partir de ahora, un juzgado de la Audiencia Nacional, instancia competente para hechos que ocurren en el extranjero, deberá decidir si admite a trámite la querella, y abre una causa sobre el asunto, o lo archiva.
Este precepto prevé en España penas de uno a cuatro años de prisión en el caso de las agresiones sexuales en las que no media intimidación, violencia o anulación de la voluntad, aunque el órgano sentenciador puede imponer la pena de prisión en su mitad inferior (de un año a dos años y medio) o multa de dieciocho a veinticuatro meses atendiendo a “la menor entidad del hecho y a las circunstancias personales del culpable”.
Rubiales provocó indignación en España y a nivel internacional por el beso que le dio en la boca sin consentimiento a la jugadora de la selección femenina el 20 de agosto, durante la entrega de medallas del Mundial en Sídney, ganado por España.
La Fiscalía estima igualmente, que el ahora presidente suspendido de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) debe ser investigado por un posible delito de "coacciones".
'Presión constante y reiterada'
"Jenni Hermoso refirió también en su declaración que tanto ella como su entorno más próximo sufrieron una presión constante y reiterada por parte de Luis Rubiales y el entorno profesional de éste, para que justificara y aprobara los hechos", indica el comunicado, agregando que "este hostigamiento podría ser constitutivo de un delito de coacciones".
El escándalo desatado por Rubiales lleva semanas convulsionando al futbol español. El dirigente -quien días después se negó a dimitir en un polémico discurso en el que afirmó que el beso fue "consentido" y donde cargó contra el "falso feminismo"-, fue suspendido de su cargo por 90 días por la FIFA.
La jugadora, de 33 años, afirmó posteriormente que se sintió "vulnerable y víctima de una agresión" cuando recibió el beso, que a su juicio se trató de "un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento".
En España, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) le ha abierto un expediente y el gobierno español le ha solicitado que vaya más allá y suspenda además a Rubiales, quien denuncia no obstante ser víctima de un "linchamiento político y mediático sin precedentes".
Mientras, la Federación anunció el martes la destitución del seleccionador femenino, Jorge Vilda, considerado cercano a Rubiales y criticado por las jugadoras, como una de sus primeras "medidas de renovación", y nombró en su lugar a la que era su adjunta en el banquillo de la Roja, Montse Tomé, la primera mujer en ocupar el cargo.
FCM