El Sevilla y el Barcelona van a protagonizar uno de los culebrones del verano con el futuro de Kevin Gameiro. Los blaugranas se han fijado en el jugador francés como un suplente de lujo para su delantera pero en Nervión no quieren que su jugador franquicia se marche así como así.
Desde las oficinas del Ramón Sánchez-Pizjuán quieren construir uno de los proyectos más ambiciosos de su historia para instalarse definitivamente en la élite del fútbol continental tras ganar durante 3 años seguidos la UEFA Europa League. Para lograrlo, la pretensión es no dejar salir a ninguna de las estrellas que tocaron la gloria a menos que paguen su cláusula de rescisión.
Los primeros torpedos contra el proyecto ya han llegado. Éver Banega se marchará al Inter de Milán aprovechando su condición contractual ventajosa y Unai Emery hará la propio para iniciar una nueva aventura en el PSG. Cambiará el técnico pero las pretensiones sevillistas seguirán inalterables de la mano de Sampaoli.
No obstante, a los grandes del fútbol europeo tienen claro que en Nervión hay perlas de mercado y desde París también quieren hacerse con los servicios de Krychowiak. La postura sevillista es la misma y sólo le dejarán salir por el pago de la cláusula de 45 millones de euros.
La misma situación viven en la oficinas del Camp Nou con Kevin Gameiro. El delantero francés ha hecho olvidar en la capital andaluza la alargada sombra de Carlos Bacca a base de goles pero ahora el Barcelona quiere reclutarlo para que sea el suplente de lujo de Messi, Neymar y Suárez.
Luis Enrique ya quiso a Nolito el pasado mercado invernal para ocupar el rol en la plantilla que dejó huérfano Pedro Rodríguez pero la entidad catalana no contó con el músculo económico suficiente para acometer la operación. Ahora, el objetivo es el galo pero el Sevilla tiene claro que sólo se marchará por 40 millones de euros. Si se marchan, la afición sevillista debe entender que fue porque no hubo otra posibilidad.
En el caso de ambos clubes la operación trasciende lo futbolístico y alcanza una cuestión de imagen. Para crecer, el Sevilla quiere desprenderse de ese rol del equipo que siempre vende sus estrellas. La intención es renovar a Gameiro para que sea su hombre gol y si tiene que marcharse, será porque no quede otro opción y su cláusula así lo exija.
Si el PSG llega a pagar por la libertad de Krychowiak, el Sevilla reforzará aún más su posición con Gamerio, ya que no puede permitir que otra pieza de su ambicioso proyecto se marche, por lo que será evidente que, o el Barcelona paga la cláusula o, como decía el ex presidente José María Del Nido, desde Nervión no le mandarán ni las botas del delantero francés.
Por su parte, la directiva del Barcelona sabe que tiene que volver a demostrar su poder en el mercado tras los fiascos de Aleix Vidal, Arda o la no contratación de Nolito. Deben contentar a Luis Enrique con la llegada de un repuesto para su MSN pero no saldrá de Nervión si no se rascan el bolsillo. Al fin y al cabo, en el fútbol moderno hay que parecerlo, además de serlo.