- Luis Cruz López
- Redactor
Vergüenza, decepción, humillación, furia. Y para muchos hinchas, el recuerdo más triste con su selección. Chile culminaba las eliminatorias para Corea – Japón en 2002 como último en la tabla de posiciones. Con solo tres victorias en 18 partidos disputados. No se repetía la buena campaña que los llevó al mundial de Francia 1998.
Era una época de caos y frustración para ‘La Roja’. Resultados inesperados y la discusión acerca de jugadores que para parte de la prensa y aficionados, no merecían llevar la camiseta de su país. Ya en las últimas fechas, se produjo uno de los peores capítulos en la historia de la selección mapochina.
Es calificada como una de las peores derrotas para el fútbol chileno. Ocurrió un 4 de setiembre del 2001. En el Estadio Nacional de Santiago, Chile caía derrotado por primera vez en su historia ante Venezuela por 2 a 0, a falta de cuatro fechas para terminar el suplicio que les significó aquella eliminatoria.
La agonía culminaba con dos derrotas, ante Brasil y Colombia, y un último empate sin goles frente a Ecuador. Lo único para rescatar en aquella oportunidad, fue el triunfo ante Brasil por 3 a 0 en la séptima fecha. La alegría de la clasificación a la Copa del Mundo del 98 era reemplazada por la decepción de verse últimos en la tabla de posiciones.
Transición y retiro
En las eliminatorias rumbo al mundial de Alemania 2006, Chile arrancó mejor. Con un Zamorano retirado y un Marcelo Salas disputando sus últimos partidos, se vivía una transición en el fútbol del seleccionado de la estrella solitaria.
Disputó una primera ronda aceptable, culminando en la cuarta posición de las eliminatorias. La debacle empezó en los partidos de vuelta. Cuatros partidos sin ganar, ocasionaron que su director técnico Juvenal Olmos dejará el cargo. Regresaba Nelson Acosta con dos triunfos y generaba la esperanza en los hinchas chilenos.
Sin embargo, una goleada escandalosa de 5 a 0 ante Brasil, traía nuevamente la discusión y el pedido de la prensa para el retiro de algunos jugadores que ya habían cumplido su ciclo, entre ellos el portero mundialista Nelson Tapia. A pesar de ello, la campaña fue mejor que la anterior, culminaron con 22 puntos, a tres del ansiado quinto lugar.
La apuesta a la recuperación
Muchos coinciden que el inicio de la recuperación de Chile ocurrió con Harold Mayne-Nicholls. Este último asumió la presidencia de la Federación de Fútbol de Chile en 2007 y convenció a Marcelo Bielsa de asumir el reto de clasificar nuevamente a La Roja a un mundial.
El trabajo del argentino hasta ahora genera la gratitud de los aficionados chilenos. Plasmó en Chile un estilo de juego que es reconocido y admirado a nivel mundial, y que ha culminado con logros totalmente merecidos para la selección que hoy dirige Pizzi.
Se mejoró y los números fueron el reflejo de esto. Segundo lugar en las eliminatorias al 2010, a un punto del líder Brasil. Y tercero rumbo al 2014, a cuatro unidades del puntero Argentina, ya con Jorge Sampaoli como el estratega del equipo. Similar al juego basado en la verticalidad y la presión que le dejó su ‘maestro’ Bielsa, aunque con una evolución que le permitió pelear hasta los penales la clasificación a los cuartos de final del mundial y la obtención del primer título en la historia de la selección chilena.
Actualmente y con Juan Antonio Pizzi a la cabeza, Chile continúa mostrando el juego basado en la presión y contundencia en el ataque. Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Eduardo Vargas, entre otros, forman el equipo que hasta el momento es el mejor del continente. Vivieron su peor momento hace 15 años, hoy apunta a continuar escribiendo el mejor capítulo de su historia.
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