El brasileño es el nuevo fichaje de Manchester City y pone al Kun contra las cuerdas. En las Eliminatorias, la rompió ante Ecuador.
El poker, en Brasil, es considerado un juego de ingenio y es legal, aunque hay algunos asteriscos sobre el tema de las apuestas. El profesionalismo construyó un circuito a nivel nacional, que requiere tiempo completo. Ronaldo, El Fenómeno, se tomó un breve descanso en su carrera como jugador de cartas y anunció que quería dedicarse a ser representante de jugadores. Como agente, tiró su primer dardo a Gabriel Jesus, un delantero habilidoso al que muchos cargaban con el peso de ser el nuevo Neymar. No lo obtuvo, pero dejó su marca. Antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, previo a un gran estudio de scouts de Manchester City le hicieron llegar a Pep Guardiola un video de este puntero paulista y el entrenador ordenó que lo ficharan. Desde ese día, Sergio Agüero, el ídolo del equipo celeste, encontró la primera gran presión del director técnico catalán: un verdadero competidor por el puesto.
En las Eliminatorias, Jesus se divirtió: le hicieron el penal que Neymar convirtió en gol, marcó un tanto de taco espectacular y otro increíble desde afuera del área. ¿Y el Kun? Afuera de la competencia, con una molestia y apuntado por la Premier League por un codazo que le costó tres fechas y el clásico de Manchester en Old Trafford.
La risa duró muy poco: Guardiola pidió que eliminaran la pizza de la dieta de los futbolistas, algunos jocosos se mofaron se eso, pero la decisión terminó siendo muy estricta. Ya a los futbolistas de Bayern Munich les había molestado que Pep pusiera una nutricionista en el plantel y fuera estricto con el alimento. "No tenían sobrepeso, pero quiero que mis jugadores estén en forma", detalló, en la gira por China, el técnico. Pero su aclaración, mucho más que un relato amarillista, encuentra justificación en uno de los temas que más pondrá en discusión la presencia de Agüero en el once inicial: presionar es fundamental para el Paradigma Guardiola y correr, determinante.
Cuando a Ángel di María no se le sanaba el edema y Erik Lamela no convencía de arranque para una final, en la Copa Centenerario, en Estados Unidos, muchos se preguntaban por qué Agüero no aparecía como variante. "La marca", respondían desde el cuerpo técnico, sin discusión. Jugar con el Kun de delantero, junto a Lionel Messi y a Gonzalo Higuaín, era un riesgo para enfrentar a Chile, cuyos laterales y hasta centrales no dudan en atacar el campo rival. Ese corto apego del Kun a marcar y a presionar es algo que lo complicará en la era Guardiola.
Antes de la llegada de Jesus a Manchester City, la situación de Agüero era mucho más calma: aunque Guardiola lo exigiera, difícilmente podía sustituirlo, porque no hay jugadores en el plantel que puedan cumplir su rol. Aunque la Premier League arrancó mientras el brasileño pasa estos seis meses cedido en Palmeiras y se trate de un futbolista muy joven, será una presión para el Kun, que deberá esforzarse. La línea que se marca desde el entorno de Pep es que el DT quiere a Agüero, pero que dependerá del delantero demostrar si quiere al técnico. El esfuerzo será clave. Atrás tiene a un crack que pide pista. Seis meses, es todo lo que tiene el Kun para demostrarle a Guardiola que él es su 9.