Una de las historias más increíbles es la de Rouzbahan Fraij, extremo de la selección jordana de futbol Sub-17, que estará participando a partir de este viernes en el Mundial de la categoría que se efectuará –justamente- en Jordania.
Ella empezó a jugar futbol desde muy pequeña con amigos y familiares, mostrando su gran interés y destreza, cosa que la impulsó para meterse aún más de lleno en la práctica del balompié.
"Me encanta el futbol desde la primera vez que le di unas patadas al balón, a los 6 años. Sentí que mi futuro sería formidable con este deporte. El futbol ha cambiado muchas cosas para mí", dijo la futbolista en una entrevista con FIFA.
Sin embargo, la afición de esta joven, en principio, no fue del todo aceptada por su familia, en particular por su madre, ya que en este país del medio oriente, las costumbres no incitan a la mujeres a practicar el futbol, pero Fraji demostró su determinación y su dedicación por este deporte, y es así que pudo convencer a su mamá.
"La tradición y las costumbres no animan a las chicas a practicar el futbol. Como madre, temía que mi hija se lesionase o que le pasase algo. Pero Rouz insistió mucho. Se ocupa de todos los detalles y siguió avanzando en el colegio, lo cual nos demostró que era responsable. Me convencí de que esta chica sabía lo que quería, y ahora la apoyo plenamente en lo que hace", dijo la madre de la joven futbolista.
"Sabía que mi madre comprendería mi decisión y me apoyaría. Le demostré que merecía su confianza y que no había nada que temer con el futbol. Ella me anima, me lleva a los entrenamientos y viene a ver mis partidos.", agradeció Rouzbahan.
Es así como esta joven logró romper paradigmas y representará a su país en la Copa del Mundo que arranca el próximo viernes. Eso sí, con su madre apoyando en primera fila.